«El gravel es la mejor forma de conocer Galicia»

El gravel es una disciplina está ganado adeptos y ya cuenta con el primer evento de ultradistancia: el Finisterrae by Xtrembike, que se celebra del 16 al 18 de mayo
El gravel es una disciplina está ganado adeptos en Galicia
El gravel es una disciplina está ganado adeptos en Galicia
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El gravel ha irrumpido con fuerza en Galicia, no solo como una disciplina deportiva, sino como un estilo de vida que ha cautivado a muchos. Con sus rutas sin asfalto, su libertad para explorar y su mezcla perfecta de tecnología y naturaleza, esta modalidad de ciclismo ofrece algo más que el simple reto de pedalear: una conexión profunda con el paisaje y la naturaleza. Y de eso en Galicia vamos sobrados. Lejos de la competencia desenfrenada, el gravel promueve la búsqueda de nuevas aventuras, ya sea disfrutando de un café en un pequeño pueblo de la Costa da Morte o perdiéndose por caminos solitarios rodeados de verde en las Tierras de Trives. La sensación de estar en el aquí y ahora, sin prisas, es lo que define a los nuevos adeptos a esta filosofía sobre dos ruedas.

En las carreteras gallegas, donde la orografía es un desafío tanto para el ciclista experimentado como para el principiante, el gravel ha encontrado su terreno perfecto. La Vía Verde Compostela-Tambre-Lengüelle se ha consolidado como uno de los principales destinos para los aficionados al gravel en Galicia. Con sus 36,8 kilómetros entre Santiago de Compostela y Cerceda, la ruta ofrece una mezcla perfecta de terreno variado: desde caminos de tierra compactada hasta tramos rocosos, pasando por zonas de asfalto que permiten recuperar algo de velocidad. El recorrido, rodeado de paisajes naturales y viaductos históricos, ha sido un punto de inflexión para muchos ciclistas que buscan salir de los caminos habituales y sumergirse en la naturaleza gallega sin perder la emoción del reto.

Pero no es la única. Galicia cuenta con otras Vías Verdes que han jugado un papel fundamental en la expansión del gravel en la región. La Vía Verde de O Salnés, con sus 9,25 kilómetros entre Vilagarcía de Arousa y Portas, ofrece una experiencia más corta, pero igualmente atractiva para quienes buscan rodar entre viñedos de albariño y paisajes rurales, siempre con un terreno adecuado para las bicicletas de gravel. Luego está la Vía Verde del Eo, que sigue el curso del río Eo en la frontera con Asturias, un recorrido más tranquilo, pero igualmente interesante para los ciclistas que prefieren disfrutar de la serenidad del entorno.


Primeros eventos

Con el auge de esta disciplina en la comunidad, han comenzado a surgir los primeros grandes eventos de gravel, como el Grava & Polbo, en Gondomar, pionero en Galicia desde 2021. Desde esa primera edición, la prueba ha ido creciendo en participación, consolidándose como un referente para los ciclistas que buscan algo más que una simple competición. Aunque en sus primeras ediciones fue vista como una prueba de resistencia, la filosofía del gravel ha evolucionado hacia un enfoque centrado en la experiencia, donde el reto personal y el disfrute del recorrido son los principales alicientes. Sin olvidar la ración de pulpo que espera a los participantes una vez cruzada la meta.  En este sentido, el gravel se diferencia de otras disciplinas, que se enfocan más en los resultados, clasificaciones y podios. Aquí, la verdadera meta está en vivir el viaje, conocer el paisaje y disfrutar de la compañía de otros ciclistas.

Un claro ejemplo de esta filosofía es el próximo evento FINISTERRAE BY XTREMBIKE, que se celebrará en mayo de 2025. Esta prueba de 400 km en autosuficiencia, que llevará a los participantes desde Vigo hasta Finisterre, pasando por Santiago de Compostela, no se trata de una carrera con clasificación ni podio. Aunque los participantes deberán enfrentarse a un reto considerable con un desnivel acumulado de 7.500 metros, el verdadero objetivo es vivir una aventura, gestionando el propio ritmo, las paradas y el descanso.


Jandri González, organizador del evento, explica que no se trata de una competición tradicional: «Es un evento abierto a que cada participante lo tome a su ritmo. Algunas personas intentarán hacerlo en menos de 24 horas, mientras que otras disfrutarán del paisaje sin presiones». Además, destaca que las pruebas de ultradistancia, como esta de 400 kilómetros, son de nicho: «No todo el mundo puede afrontar distancias tan largas, y eso hace que este tipo de eventos atraigan a un público específico».

Este evento nace tras la experiencia personal de González y de su compañero en pruebas de ultradistancia, como la Basajaun en el País Vasco. «En Galicia no había nada similar, así que decidimos organizarlo», comenta González. Este primer evento, que cuenta con 37 participantes, será financiado de forma privada por el propio organizador, con la colaboración del Concello de Vigo y Ecohoteles. Los participantes contarán con un dispositivo GPS para hacer un seguimiento en tiempo real de su recorrido, lo que permitirá que amigos y familiares puedan seguirlos durante toda la prueba.


«Ni montaña ni carretera; lo mejor de ambas»

Fran Miranda y Miguel Patiño conocen bien el gravel. A través de su página Galicia en Gravel, muestran sus recorridos sobre dos ruedas, explorando rutas que combinan carreteras secundarias, caminos forestales y senderos de Galicia. «Para nosotros, el gravel es la libertad total», explica Fran.


«No es ni montaña ni carretera, pero combina lo mejor de ambas. Con una bici de gravel puedes recorrer largas distancias por asfalto y, al mismo tiempo, adentrarte en senderos más técnicos sin problema». La versatilidad de estas bicicletas las convierte en la opción ideal para quienes buscan rutas variadas sin limitarse a un solo tipo de superficie.

«Hemos recorrido todo: desde los cañones del Sil en Ourense hasta las carreteras costeras de Pontevedra y A Coruña», cuenta Miguel. Cada salida es una oportunidad para descubrir paisajes nuevos y disfrutar de la conexión con el entorno. «Cuando vamos en bici, nunca llevamos prisa», explica Fran, que comenta que además, «gente que antes hacía carretera y se sentía insegura por el tráfico se está pasando al gravel, porque te permite recorrer carreteras secundarias y caminos sin tanto peligro».

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