Galicia atraviesa una de las peores crisis incendiarias de su historia reciente. El fuego declarado en Larouco, en la provincia de Ourense, ya supera las 20.000 hectáreas calcinadas y se ha convertido en el mayor incendio jamás registrado en la comunidad. Este siniestro, junto con los que permanecen activos en otras zonas ourensanas, eleva a cerca de 72.000 las hectáreas arrasadas en apenas una semana, situando la actual ola de incendios como la segunda más devastadora en Galicia desde 2006.
Las llamas que comenzaron el pasado miércoles en la parroquia de Seadur (Larouco) se han extendido rápidamente, cruzando el río Sil y alcanzando una decena de municipios, entre ellos O Barco de Valdeorras, A Rúa, Quiroga y Rubiá. Para intentar frenar el avance del fuego se han desplegado más de un centenar de brigadas, apoyadas por medios aéreos, maquinaria pesada y efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME).
El incendio de Larouco no es el único que amenaza Ourense. El de Chandrexa de Queixa, que acabó uniéndose con focos en Vilariño de Conso y Parafita, ya suma unas 17.500 hectáreas quemadas, mientras que el de Oímbra, tras unirse al de Xinzo da Limia, ha devastado alrededor de 15.000. También permanecen activos los de A Mezquita y Carballeda de Avia, que superan las 10.000 y 3.500 hectáreas respectivamente.
La magnitud de los fuegos ha llevado a mantener activada la situación 2 de emergencia en toda la provincia ourensana, dada la amenaza directa a poblaciones y propiedades. Aunque en las últimas horas algunos focos, como los de Maceda y Vilardevós, han pasado a estar estabilizados, la superficie total calcinada confirma ya que esta ola de incendios es una de las más graves que ha sufrido Galicia en lo que va de siglo.