Muy pocos puntos del planeta cuentan con antípodas terrestres, y Galicia es uno de esos lugares excepcionales. Si imaginásemos cavar un túnel desde aquí hasta el otro lado del mundo, atravesando el ardiente núcleo terrestre, llegaríamos a tierra firme en Nueva Zelanda. Un viaje imposible pero que nos conecta con una región tan remota como fascinante.
Pero, ¿cuáles son los puntos concretos a los que se llegaría? Esto dependerá del lugar que se tome como referencia inicial. Si se traza una línea recta que atraviesa el globo terráqueo, las siete grandes urbes gallegas estarían conectadas con diferentes zonas del archipiélago neozelandés. Concretamente, sus antípodas se encuentran divididas entre la Costa Oeste y Canterbury, ubicadas en la isla Sur del país.
Lo más sorprendente es que ninguno de los puntos más alejados del mundo de las ciudades gallegas deja indiferente a nadie. Todos y cada uno de ellos son paraísos naturales, algunos caracterizados por paisajes costeros, otros por lagos y algunos por terrenos montañosos. ¿Será que Galicia y Nueva Zelanda tienen más relación de la que creemos?
Un paraíso fluvial conectado con Lugo
La antípoda de la ciudad de Lugo nos deja a las orillas del río Waipara, en la región de MacDonald Downs. Este río tiene especial relevancia histórica y científica en este país, ya que se encontraron los primeros huesos fósiles en Nueva Zelanda en 1859.
Es una de las áreas más ricas geológicamente hablando, la presencia de piedra caliza indica que la región estuvo bajo el agua en el pasado. En esta zona se encontraron conchas fósiles y esqueletos de animales marinos, además de algún invertebrado como los moluscos. Actualmente está abierto al público y es un punto muy visitado y por el que pasan multitud de rutas de senderismo.
Los Lagos Nelson, en las antípodas de Ourense
La ciudad de Ourense se une en línea recta con el interior de Tasman, un punto rodeado de montañas, lagos y parques nacionales. A escasos kilómetros del punto concreto, se encuentra el Parque nacional de los Lagos Nelson (Nelson Lakes), una de las zonas más conocidas por los turistas extranjeros, que destaca por sus grandes lagos y valles.
El parque cuenta con dos lagos principales, el Rotoiti y el Rotoroa. En los dos es posible darse un baño, alquilar un kayak u otras actividades acuáticas, además de ser un sitio ideal para excursiones. Al situarse en los Alpes del Sur, se pueden apreciar todo tipo de paisajes: desde bosques con senderos por los que pasear, hasta zonas de alta montaña con picos nevados y lagos glaciares, como el lago Angelous y el lago Azul.
Barrytown: un pueblo costero unido con Vigo
Es curioso que Vigo, siendo la ciudad gallega con más población, tenga su antípoda en Barrytown, un pequeño pueblo en la costa oeste de la Isla Sur en el que están censadas 186 personas.
Seguramente esta ciudad sea el viaje ideal para cualquier vigués cansado de aglomeraciones ya que, aunque cuente con pocos habitantes, Barrytown es una zona llena de playas y bosques perfectos para pasear prácticamente en soledad.
Barrytown tiene siglos de historia, pero su auge llegó en la década de 1860, cuando se convirtió en un centro activo para la extracción de oro. Esta fiebre del oro transformó a Barrytown en un punto clave para conseguir este metal y llegó a contar con 2.000 mineros.
Actualmente, es una ciudad completamente diferente. Destaca por sus paisajes costeros, sus playas y un panorama montañoso rodeado de naturaleza y tranquilidad. La playa Pakiroa es un lugar emblemático de la Costa Oeste por estar rodeada de acantilados y vegetación nativa, ofreciendo un paisaje típico de esta costa, combinando áreas para caminar, observar la vida silvestre y recolectar piedras y minerales locales.
Rakaia Gorge, en las antípodas de Ferrol
Ferrol se une en la otra punta del mundo con Rakaia Gorge, un parque natural casi virgen a las orillas del río Rakaia y a los pies del monte Hutt. Está situado en la región de Canterbury, en la isla sur del país. Se trata de un destino ideal para los amantes del esquí durante los meses de invierno y, durante el verano, acoge multitud de caravanas familiares. Es una zona perfecta para hacer rutas de senderismo con increíbles paisajes de montaña. Además, allí se puede disfrutar de diferentes actividades al aire libre como el rafting, caza mayor o pesca.
Pontevedra y su antípoda en Stillwater
Si trazamos una línea recta desde Pontevedra, acabaríamos en una pequeña localidad en la Costa Oeste a la orilla del Río Gris (Grey River). Destaca por su tranquilidad, el paisaje rural y su importancia histórica como un punto clave para el transporte ferroviario en la región.
Stillwater tiene un legado relacionado con la minería del carbón y el desarrollo ferroviario en la Costa Oeste. En el pasado, fue un importante punto de conexión para el transporte de carbón y otros productos entre las minas del interior y los puertos costeros. Su estación ferroviaria desempeñó un papel crucial en las redes de transporte de la región.
El ferrocarril de Midland, que conecta Greymouth con Christchurch a través de los Alpes del Sur, pasa cerca de Stillwater. Además, Stillwater era un punto de enlace para otras líneas ferroviarias locales, como la línea hacia Reefton y Westport.
Santiago entre montañas neozelandesas
Turiwhate es la pequeña localidad situada en Costa Oeste que se corresponde con el punto más alejado de la tierra de la capital gallega. Esta ciudad cuenta con un entorno rural y montañoso e históricamente estuvo vinculada a la minería. A diferencia de la capital compostelana, Turiwhate no es un destino turístico destacado, pero está cerca del Parque Nacional Paparoa y de Greymouth, ofreciendo acceso a actividades al aire libre como el senderismo y la exploración de paisajes naturales.
A Coruña y su unión con una reserva natural
Torlesse Tussocklands Park es un parque natural en la región de Canterbury, que se corresponde con la antípoda de la ciudad de A Coruña. Se caracteriza por la gran cantidad de tussock, una planta nativa que cubre el terreno de zonas altas.
El parque se extiende a lo largo de colinas y montañas, con paisajes de valles y mesetas. En las áreas más altas se pueden encontrar formaciones rocosas y pequeños bosques de hayas. Además de su vegetación única, el parque alberga una rica fauna, incluyendo aves nativas como el kiwi y el pukeko, que habitan las zonas de montaña y las llanuras. Es un destino destacado para disfrutar de la naturaleza intacta de la región.
La línea recta que une Galicia con Nueva Zelanda revela una fascinante conexión entre dos regiones geográficamente distantes, pero unidas por increíbles paisajes naturales. Desde los paraísos fluviales de Lugo hasta las zonas montañosas de A Coruña, cada antípoda ofrece un ecosistema único y diverso que invita a la exploración y al disfrute de la naturaleza en su estado más puro.
A pesar de la gran distancia que separa estos lugares, la semejanza en sus paisajes sugiere que existen más conexiones entre Galicia y Nueva Zelanda de lo que podría parecer a primera vista. La unión de ambos lugares es, sin duda, un testimonio de cómo el mundo puede estar más interconectado de lo que pensamos, incluso cuando se trata de puntos imaginarios como las antípodas.