La subida de las temperaturas a nivel global es una realidad que también se traslada a Galicia: el año 2023 fue el más cálido en seis décadas, con una temperatura media de 14,6 grados, y este último invierno climatológico entre 2023 y 2024 fue “extremadamente cálido”, con el invierno con mayor temperatura en 58 años. En este contexto, que también se percibe a nivel estatal, el Ministerio de Sanidad viene de activar este mes de mayo un nuevo Plan Nacional de Acciones Preventivas contra los Efectos del Exceso de Temperaturas sobre la Salud, un protocolo que, como principal novedad, fija un “mapa de calor” con los umbrales a partir de los que se disparan las alertas por olas de calor en cada territorio.
En lugar de la división por provincias, que contaba con 52 umbrales pero agrupaba a zonas con condiciones muy distintas, ahora se ha apostado por las “zonas de meteosalud”, con un total de 182 en toda España. En Galicia se pasa de las cuatro divisiones provinciales a 16 de estas zonas, con grandes contrastes entre la costa y el interior. En el caso de Galicia, estos umbrales van desde los 25,5 grados en A Mariña hasta los 37,5 del interior de Ourense: a partir de esa temperatura de activarán las alertas y los protocolos que pretenden evitar perjuicios para la salud, ya que por cada grado por encima de ese umbral el riesgo de mortalidad crece entre un 9,7 y un 10,1%.
Galicia cuenta, además, con uno de los casos más extremos de España: la diferencia de umbrales entre A Mariña y el interior de Lugo es la mayor dentro de una provincia a nivel estatal, pasando de 25,5 a 37,5. Para determinar estos umbrales se trabajó según las condiciones geográficas de cada lugar y las temperaturas registradas en la serie histórica entre el 1 de enero de 2009 y el 31 de diciembre de 2018.
Las zonas de meteosalud de Galicia
Estas son las 16 zonas de meteosalud en las que Sanidad ha dividido Galicia:
La provincia de A Coruña, con cuatro zonas diferentes, es la que tiene menos amplitud de temperaturas en sus límites, con una diferencia de 3,9 grados entre el mayor y el menor. Así, el noroeste de A Coruña, que englobadesde la costa de Ferrol, Eume y Ortegal hasta las Mariñas Coruñesas, tiene un umbral de 26,6 grados. La comarca de Bergantiños y la Costa da Morte tienen el nivel de riesgo en 26 grados, mientras que en el norte de la Ría de Muros-Noia y O Barbanza se sitúa en 29,2. En el interior de A Coruña, una división que va desde el área de Santiago hasta municipios del interior de las comarcas de Ferrolterra, este límite se eleva hasta los 29,9 grados.
Lugo se divide de norte a sur en cuatro grandes áreas: al norte A Mariña, con el umbral más bajo de Galicia, 25,5 grados, y al sur, entre Chantada y Monforte, con 37,5. En un punto intermedio están el centro de la provincia, con 32,6 grados, y la zona de la montaña, con 28,3. En Pontevedra, las Rías Baixas, desde O Salnés hasta Baiona, tienen una temperatura máxima de 28,9 grados, mientras que todo el entorno del Miño hasta su desembocadura se sitúa en 31,1 y el interior, en 33,3. Ourense es la provincia que cuenta con más divisiones, con un umbral de 36,5 grados en la zona de O Carballiño, 37,5 en las riberas del Miño, 33,5 en el sur y en la montaña y una pequeña zona en Valdeorras con 35,2 grados.
Recomendaciones
Para minimizar los daños que las olas de calor pueden causar, el Ministerio de Sanidad también ha emitido un conjunto de recomendaciones generales dirigidas a proteger la salud de la población, especialmente la de los grupos más vulnerables. En primer lugar, es fundamental mantener una adecuada hidratación bebiendo agua o líquidos con frecuencia, incluso si no se siente sed y sin importar la actividad física que se realice. Mantenerse hidratado es crucial para prevenir problemas graves como el golpe de calor. Sin embargo, se debe evitar el consumo de bebidas con cafeína, alcohol o muy azucaradas, ya que pueden favorecer la deshidratación.
Es importante prestar especial atención a los bebés, menores, mujeres embarazadas o lactantes, así como a las personas mayores o con enfermedades que puedan agravarse con el calor, tales como enfermedades cardiacas, renales, diabetes, hipertensión, obesidad, cáncer, patologías que dificultan la movilidad, demencia y otras enfermedades mentales, así como el abuso de drogas o alcohol.
Durante los periodos de altas temperaturas, se recomienda permanecer el mayor tiempo posible en lugares frescos, a la sombra o climatizados, y refrescarse siempre que sea necesario. Además, es aconsejable reducir la actividad física y evitar practicar deportes al aire libre en las horas centrales del día, cuando las temperaturas son más altas. Usar ropa ligera, holgada y que permita la transpiración también contribuye a regular la temperatura corporal. Es esencial no dejar a ninguna persona en un vehículo estacionado y cerrado, especialmente a menores de edad, personas mayores o con enfermedades crónicas, ya que las temperaturas dentro de los coches pueden aumentar rápidamente, representando un grave riesgo para la salud.
Ante la aparición de síntomas relacionados con el calor que se prolonguen más de una hora, es importante consultar a un profesional sanitario. Además, las medicinas deben mantenerse en un lugar fresco, ya que el calor puede alterar su composición y sus efectos. Finalmente, se recomienda realizar comidas ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor, como ensaladas, frutas, verduras y zumos. Siguiendo estas recomendaciones, se puede disfrutar del verano de una manera más segura y saludable, minimizando los riesgos asociados a las altas temperaturas.