Galicia, a la cabeza en consumo de cocaína al volante

Un estudio publicado por #StopCocaína desvela que un 25% de conductores gallegos dan positivo en los controles de tráfico de la Guardia Civil

Imagen de archivo de un accidente de tráfico | DGT

Un reciente estudio de la organización #StopCocaína ha encendido las alarmas sobre el preocupante incremento del consumo de cocaína al volante. El año pasado, el 13% de los conductores fallecidos en accidente de tráfico en todo el país dieron positivo en cocaína. Pero es que en la última década, ha aumentado en un 54% los conductores fallecidos que tenían la sustancia en su cuerpo. Galicia encabeza la triste lista de comunidades autónomas con un 25% de conductores que dan positivo en los controles de tráfico de la Guardia Civil, liderando la estadística de personas que consumen la sustancia al volante por encima de la media nacional, que se sitúa en un 19%.

Este estudio también determina que el perfil del conductor que da positivo en cocaína y termina siendo parte o causa de accidente mortal son normalmente hombres de una edad comprendida entre 35 y 54 años, representando un asombroso 97% de los casos. Sin embargo, desde el Grupo de Tráfico e da Seguridade del Colexio Oficial de Psicoloxía de Galicia coinciden en que habría que analizar más detalladamente estos datos: “Moi posiblemente atopemos enmascaramento de formas culturais diferentes de enfrontar as mesmas situacións”.

Esto es que los hombres de esa edad pueden estar más expuestos al estrés laboral y personal, lo que les puede llevar a buscar mecanismos de escape como la cocaína. Conducir y consumir sería un método más usado por los hombres, ya que las mujeres, en esa misma situación de estrés, tendrían un comportamiento más interiorizado en formato depresivo, donde mostrarían cierto pánico a sentarse al volante.

Una persona bajo los efectos de la cocaína será más impulsiva y agresiva, con una menor percepción del riesgo y una tendencia a transgredir normas, ya que provoca una sobrevaloración de las propias capacidades, además de euforia y desinhibición, es decir, menos autocontrol.

Sobre qué empuja a las personas a conducir bajo estos efectos, los profesionales coinciden en que puede haber factores como la “normalización do consumo, a presión social, o estrés laboral e a percepción errónea de que a cocaína mellora o rendemento e que non afecta á condución, son causas comúns”.

Pero es que, además, muchos consumidores creen que los efectos de la cocaína no son peligrosos y que no les lleva a un comportamiento “imprudente”, usándolo para prevenir la somnolencia. Pero advierten que en este caso se daría “un efecto rebote, cando a cocaína deixe de actuar sobre o organismo, o que significa que o sono pode aparecer sen avisar”.

Porcentaje alto de recuperación

Desde este colegio de profesionales notan que los conductores que han sido intervenidos por consumo de cocaína al volante suele tener una falta inicial de conciencia sobre los peligros reales que implican, pero tras recibir tratamiento terapéutico, un alto porcentaje, aproximadamente el 65%, logra reflexionar y modificar su comportamiento.

Esto da muestras de la importancia de la concienciación en esta materia, desde todas las vertientes de la sociedad, tato a nivel personal como de las administraciones que pongan en marcha campañas preventivas que muestren casos reales de accidentes. “Estas son ferramentas moi poderosas” para el cambio de actitud. Sin embargo, factores como el momento personal, la naturaleza adictiva de la droga y la influencia del entorno pueden ser perjudiciales para la recuperación de ciertas personas.

 

 

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