Los planes de Alfonso Rueda para liquidar el baltarismo se han precipitado en las últimas horas. Fuentes próximas al PP de Ourense confirman que José Manuel Baltar presentará mañana su dimisión como presidente provincial, coincidiendo con la reunión que celebrará el partido, y a la que está prevista la asistencia del propio Rueda. Del encuentro debería salir también el nombramiento de una gestora encabezada por Luis Menor, presidente de la Diputación.
Este movimiento pone en evidencia las tensiones internas en la formación a pocos meses de las elecciones autonómicas, que deberán celebrarse en la primera mitad del próximo año. Las fuentes antes citadas apuntan a que la facción baltarista podría no apoyar plenamente al PP en esos comicios, lo que, unido a la candidatura anunciada por Gonzalo Pérez Jácome, podría socavar el dominio tradicional del partido en la comunidad. Falta por ver si la guerra será velada o abierta.
La provincia de Ourense es un tradicional bastión electoral de los populares. Sin embargo, diversas polémicas, incluyendo una denuncia por acoso sexual y otra por conducción temeraria –cuando Baltar fue detectado a 215 km/h en un coche oficial–, han ensombrecido la reputación del líder. A pesar de estos incidentes, Baltar previamente había mantenido un apoyo considerable dentro del partido, pero las tensiones internas han ido en aumento tras los resultados electorales del 28 de mayo, cuando el PP no logró una mayoría absoluta en Ourense.
La pérdida de la hegemonía del PP en Ourense marca su inicio en el 2019, cuando necesitó pactar con Democracia Ourensana para mantener la presidencia provincial. Con la actual renuncia de Baltar, la situación podría acentuarse, y DO podría ocupar parte del espacio popular si, tal y como avanzó Jácome, decide presentar una candidatura y aprovecharse de la situación.
La marejada interna a la que se enfrenta Rueda para revalidar la presidencia de la Xunta contrasta con la situación del PSdeG, cuyos pesos pesados han cerrado filas con José Ramón Gómez Besteiro. El diputado lucense cuenta en estos momentos con el apoyo unánime del partido para devolver a los socialistas el poder autonómico después de tres lustros de gobiernos populares.