Una operación internacional coordinada entre las policías de Brasil, España y Portugal, con el apoyo de la DEA estadounidense, ha permitido interceptar un narcosubmarino en el estado brasileño de Pará que tenía como destino final las costas gallegas, concretamente las Rías Baixas. La embarcación, de más de veinte metros de eslora, aún no había cargado la droga en el momento de su intervención, aunque las autoridades estiman que estaba previsto embarcar unos 7.000 kilos de cocaína mediante lanchas rápidas en alta mar.
La operación, ejecutada el pasado sábado, incluyó la participación del Comando de Operaciones Tácticas de la Policía Federal de Brasil, el apoyo aéreo de la Fuerza Aérea brasileña y el respaldo marítimo de la Marina del país. La acción fue decidida estratégicamente mientras el semisumergible aún navegaba por un río, para evitar que alcanzara el Atlántico, donde su detección se habría vuelto extremadamente difícil.
Hasta el momento, cinco personas han sido detenidas —todos de nacionalidades brasileña y colombiana— aunque la investigación continúa abierta y no se descartan nuevas detenciones. Según fuentes de la Policía Nacional, una histórica organización criminal con base en las Rías Baixas era la encargada de recepcionar el alijo en Galicia.
Este hallazgo se suma a una serie de interceptaciones similares que evidencian el uso creciente de narcosubmarinos como método de transporte de droga entre Sudamérica y Europa. Solo en los últimos años, las fuerzas de seguridad han localizado seis semisumergibles dirigidos a Galicia. En 2019, el primero fue descubierto en Aldán con tres toneladas de cocaína.
Ya en 2023, el narcosubmarino «Poseidón» apareció flotando en la ría de Arousa tras un posible intento de hundimiento. En 2024, otro fue hundido por sus tripulantes tras ser detectado en el Atlántico. En 2025, un pesquero halló uno vacío en la Costa da Morte. Por último, hace tres meses, se interceptó otro con 6.600 kilos de droga en las islas Azores.