Si en la antigüedad existía un símbolo de vergüenza y deshonor, ese era el “sambenito”. Tanto cuando se llevaba como hábito de penitencia como cuando se colgaba en las iglesias en señal de escarnio público, representando la condena de los que se habían apartado de la doctrina católica. Por eso, en cuanto la librería Astarloa de Bilbao encontró en una subasta en Alemania lo que parecía ser un genuino sambenito de Tui del siglo XVII, se puso a investigar su autenticidad. “Era una oportunidad única. Si realmente era lo que pensábamos, estaríamos ante un fragmento de historia único”, explica Iker Madariaga, responsable del establecimiento. Y es que, este sería el único escapulario de este tipo que se conserva en España, aparte de los 14 carteles que están colgados en el Museo Diocesano de Tui.
En el proceso de investigación, descubrieron que en la misma subasta se vendían varios objetos pertenecientes a Francisco Franco. La conexión les hizo sospechar que el sambenito podía haber pertenecido a la colección del dictador. “Sabíamos que la familia Franco había estado vendiendo bienes en subastas europeas y, en esta misma subasta de Alemania, había tres artículos de Franco totalmente discordantes con el resto de lotes”, desvela Iker.
“Por otro lado, descubrimos que Franco había visitado Tui en el año 67, cuando se hicieron las obras de la catedral, que fue cuando se encontraron los sambenitos”, explica. Después de atar muchos hilos, concluyeron que cabía la posibilidad de que se encontraran el escapulario en las obras y se lo regalaron al dictador con motivo de su visita. Unos indicios que añadían misterio a la historia.
Antonia Enríquez, la señalada
Una historia que comenzó en el siglo XVII cuando Antonia Enríquez, miembro de la familia Coronel, una familia judía de Tui que fue condenada por el Tribunal de la Inquisición de Galicia en el siglo XVII, le colgaron la prenda para condenarla a un castigo social y perpetuo, marginándola de la sociedad. “Pensamos que, al huir a Holanda para evitar la persecución, pudo haberse llevado el sambenito con ella. Que esta prenda hubiese viajado desde Galicia hasta Alemania era algo fascinante”, señala Iker.
Con toda esa información, la librería decidió arriesgarse y pujar por la prenda, que adquirieron por 4.200 euros. A esa cantidad se sumaron las comisiones y gastos de envío, alcanzando un total de casi 6.000 euros. Sin embargo, todavía quedaba una última prueba: confirmar su autenticidad. Enviaron el sambenito a un laboratorio especializado en análisis de tejidos, lo que supuso un gasto adicional de 1.000 euros.
El resultado no fue el que esperaban: la prenda era una reproducción del siglo XX, probablemente posterior a 1980, cuando se redescubrieron los sambenitos originales de Tui. “Nos llevamos un golpe tremendo. Todo indicaba que podía ser auténtica, pero resultó ser una falsificación más reciente”, lamenta Iker.
Museo Diocesano de Tui
A pesar del desengaño, la historia tuvo un desenlace agridulce. El Museo Diocesano de Tui, al conocer la historia del hallazgo, se ha interesado en adquirir la prenda para exponerla junto a los 14 sambenitos originales que muestran el nombre, el apellido, el oficio, el delito y el año de condena de estas personas en cuestión.
“Nos dijeron que, aunque no fuera auténtica, querían mostrarla en el museo para ilustrar mejor la historia de estos objetos y su simbología”, comenta Iker. Ahora, la pieza será parte de la exposición permanente del museo, ayudando a contar la historia de aquellos que, siglos atrás, fueron condenados y marcados por sus creencias en una oscura época de persecución y represión.