La conselleira do Medio Rural, María José Gómez, informó este martes en el Parlamento gallego de que los incendios forestales han arrasado 118.966 hectáreas en Galicia durante 2025, una cifra que sitúa este año entre los peores de la historia reciente, aunque por debajo del récord de 1989. Según explicó, se han registrado 1.492 fuegos, de los cuales el 67% afectaron a monte raso y el 33% a zonas arboladas.
Gómez precisó que el 45% de los incendios y el 94% de la superficie quemada se concentraron en agosto, un mes “extraordinariamente duro” que dejó episodios sin precedentes, como el incendio de Larouco (Ourense), el más grande documentado en Galicia, con unas 32.000 hectáreas devastadas. La conselleira atribuyó esta situación a una “tormenta perfecta” de sequía extrema, altas temperaturas y vientos erráticos, con zonas del sureste ourensano que pasaron cien días sin lluvia.
Frente a los datos del Ejecutivo gallego, el programa Copernicus de la Comisión Europea (EFFIS) eleva la superficie calcinada a más de 171.000 hectáreas, una diferencia que Gómez no comentó en detalle, aunque defendió la fiabilidad del recuento autonómico.
La titular de Medio Rural subrayó además que más del 70% de los incendios fueron intencionados, con 15 personas puestas a disposición judicial por provocar fuegos y dos por imprudencia. “Galicia no arde sola, a Galicia la queman”, afirmó, insistiendo en que la intencionalidad “es una realidad” que obliga a reforzar la prevención.
En este sentido, la Xunta prevé aumentar un 50% la inversión en prevención en 2026, hasta alcanzar 75,4 millones de euros, incluyendo un nuevo convenio con la Fegamp y Seaga para la gestión de franjas de seguridad. También se prevén mejoras en la formación del personal y la ampliación del tiempo de trabajo del personal fijo discontinuo a nueve meses.
Críticas de la oposición
La oposición, sin embargo, dibujó un panorama muy distinto: la diputada del BNG, Montserrat Valcárcel, calificó la campaña de incendios de “fracaso absoluto” y acusó a la conselleira de “autoelogiarse mientras ardían casas y aldeas enteras”. Denunció un dispositivo “mermado y mal planificado”, con puestos sin cubrir y brigadistas sin formación suficiente, y pidió a Gómez que “dé un paso al lado si no está dispuesta a cambiar el modelo”.
Desde el PSdeG, Carmen Rodríguez Dacosta exigió la dimisión inmediata de la conselleira por su “cero autocrítica” y por haber dejado “a los vecinos solos ante el fuego”. Reprochó que la Xunta aprobara el Pladiga “tarde y mal”, y que “más de 200 vacantes” quedaran sin cubrir en plena ola de incendios.
Tanto socialistas como nacionalistas criticaron además la “flexibilización” de la moratoria del eucalipto hasta 2030 y alertaron de que la Xunta planea despedir a “un tercio del personal forestal” en noviembre, cuando aún queda por hacer la labor de prevención.

