El presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, reconoció este jueves que fue informado en el mes de febrero de la existencia de una denuncia por agresión sexual contra Alfonso Villares, entonces conselleiro do Mar. Según explicó Rueda durante el acto de toma de posesión de la nueva titular de la cartera, Marta Villaverde, el propio Villares le comunicó que había sido citado para declarar voluntariamente en la comisaría de Ferrol en relación con unos hechos ocurridos “un par de meses antes”, concretamente el 27 de diciembre.
“En el mes de febrero, Villares me comunica que recibe una llamada de la comisaría de Ferrol en la que le dicen si desea presentar declaración. Él acude y me comenta que es por una denuncia sobre unos hechos que habían pasado unos meses antes”, afirmó Rueda, quien también confirmó que el exconselleiro le detalló el motivo de la citación.
Pese a conocer el trasfondo de la denuncia —una presunta agresión sexual que, según diversos medios, habría sido presentada por la presentadora Paloma Lago—, el Gobierno gallego no tomó ninguna medida inmediata y optó por esperar avances judiciales. “Lo más razonable, una vez que se presta declaración, es esperar a ver qué decisión toma un juzgado, dada la posibilidad de que se pueda archivar la denuncia”, justificó Rueda.
No fue hasta el pasado viernes, casi cuatro meses después, cuando la Xunta recibió una notificación del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) preguntando si Villares estaba aforado. Ese fue el primer indicio oficial de que el procedimiento judicial avanzaba. El martes de esta semana, el TSXG informó formalmente a Villares de que era investigado por un delito de agresión sexual, lo que precipitó su dimisión.
“Cuando conocemos ese procedimiento judicial, es cuando tomamos la decisión que todos ustedes conocen”, declaró Rueda, refiriéndose a la renuncia de Villares para afrontar la investigación “como un ciudadano cualquiera”, sin el fuero que le otorgaba su cargo.
Durante el acto de toma de posesión de Villaverde, celebrado con la asistencia de todo el Ejecutivo gallego, incluido el propio Villares, tanto el presidente de la Xunta como la nueva conselleira pidieron “celeridad” a la Justicia y expresaron su deseo de que el exconselleiro pueda ser “recuperado para la vida pública”.