La oleada de incendios que desde hace semanas arrasa miles de hectáreas en Galicia ha reabierto el debate sobre la política de prevención del Gobierno autonómico. En medio de la emergencia, la Xunta acumula un retraso en la ejecución de al menos 8,3 millones de euros de fondos europeos que deberían haberse destinado este año a labores de desbroce, apertura de cortafuegos y otras actuaciones de silvicultura preventiva.
Se trata de dos programas convocados entre noviembre de 2024 y enero de 2025. El primero, con un presupuesto de 2,9 millones, preveía la contratación de obras de infraestructuras forestales en nueve lotes repartidos por las cuatro provincias gallegas. El segundo, dirigido a comunidades de montes y agrupaciones de gestión conjunta, estaba dotado inicialmente con 3,9 millones, ampliados en junio hasta 5,4 millones ante la avalancha de solicitudes. En total, 480 comunidades presentaron proyectos que superaban los nueve millones de euros, pero ocho meses después la Administración autonómica todavía no ha resuelto la convocatoria.
Mientras los expedientes permanecen en los despachos, Galicia sufre uno de los veranos más duros en materia de incendios desde que existen registros, con más de 87.000 hectáreas calcinadas. Diversos colectivos forestales, así como el PSdeG, acusan al Ejecutivo de Alfonso Rueda de haber dejado en suspenso trabajos “que deberían estar hechos desde primavera”.
La diputada socialista Carmen Rodríguez Dacosta denunció que “hoy, sobre el terreno, no existen las rozas, pistas ni fajas de seguridad que estaban previstas, en muchos casos en zonas que ahora están ardiendo”. El secretario xeral del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, anunció que pedirá la comparecencia del presidente de la Xunta en el Parlamento en septiembre para que rinda cuentas por su gestión de la ola de fuegos y por el bloqueo de unas ayudas que, según sus palabras, “no pueden seguir atrapadas en trámites burocráticos mientras el territorio se quema”.
Desde la Consellería do Medio Rural se insiste en que los procedimientos siguen en curso y que se resolverán próximamente, aunque la demora ya ha dejado sin ejecutar trabajos considerados esenciales por expertos y comunidades de montes.