La empresa Ence ha recibido la luz verde ambiental para su futura planta de biofibra reciclada en As Pontes tras la aprobación de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA). Aunque este documento suele ser firmado por la directora xeral de Calidade Ambiental e Sostibilidade, María José Echeverría, en esta ocasión se ha abstenido debido a su relación personal con el director territorial de Ence en Galicia, Antonio Casal. En su lugar, la firma recayó en la directora xeral de Patrimonio Natural, María Sol Díaz Mouteira.
El proyecto, conocido como Regatex e impulsado por Biofibras de Galicia —una filial de Ence—, ha obtenido una evaluación favorable por parte de la Xunta, aunque su desarrollo queda sujeto al cumplimiento de las condiciones establecidas en los informes sectoriales y en la propia DIA. Estas medidas buscan mitigar cualquier impacto ambiental que la planta pudiera generar.
Actualmente, la Consellería de Medio Ambiente continúa con el procedimiento para conceder la Autorización Ambiental Integrada (AAI), necesaria para completar el trámite medioambiental. Según se ha detallado, la declaración favorable se sustenta en 18 informes sectoriales positivos, algunos condicionados, tras lo que la Xunta defiende una tramitación rigurosa y exhaustiva que garantiza la protección del entorno natural.
Una vez completada la fase ambiental, el expediente pasará nuevamente a la Consellería de Economía e Industria, encargada de supervisar el cumplimiento de las exigencias impuestas. Entre los aspectos medioambientales a proteger se incluyen la flora y fauna del entorno, la calidad del agua del río Eume, la salud pública, el patrimonio cultural y el paisaje.
Un proyecto estratégico con fuerte inversión
La planta se construirá en un plazo estimado de dos años y ocupará cerca de 47 hectáreas en los terrenos del antiguo parque de carbón de la central térmica de Saa, junto al lago de As Pontes. Tendrá una capacidad de tratamiento de hasta 160.000 toneladas anuales de papel y cartón reciclado, con el objetivo de producir aproximadamente 100.000 toneladas de pasta reciclada de alta calidad.
El diseño de la planta contempla infraestructuras esenciales como vías de acceso, sistemas de captación y tratamiento de agua, conexión eléctrica y red de vertido. Se prevé captar hasta 205 metros cúbicos por hora de agua bruta del lago, que será tratada antes de su uso industrial. También se instalará un tanque de almacenamiento de 4.500 metros cúbicos, interconectado con el sistema contra incendios.
Los residuos líquidos del proceso serán tratados y depurados antes de su vertido al río Eume a través de un conducto subterráneo de tres kilómetros de longitud y 300 milímetros de diámetro que aprovechará parte del trazado de la antigua cinta transportadora de carbón.
Ence destaca el impacto económico y medioambiental
En un comunicado, Ence ha celebrado la obtención de la DIA como un hito que respalda el compromiso ambiental del proyecto. La compañía subraya que se trata de una iniciativa “estratégica y pionera” en el ámbito de la economía circular, que integra reciclaje de papel y textiles, producción de energía renovable y captura de CO₂.
La inversión estimada asciende a 355 millones de euros, y se prevé la creación de unos 1.250 empleos directos e indirectos. El plan contempla tres fases: la primera incluye una planta de fibra reciclada junto a una planta piloto de reciclaje textil; la segunda, una instalación de cogeneración con 150 MW térmicos y unos 50 MW eléctricos; y la tercera, una planta de producción de tisú.