El nuevo Premio Nacional de las Letras, Manuel Rivas, asegura que la lengua está “pasando una época crítica” en la que se utiliza “para pavimentar el odio”. Considera que desde la literatura se debe “mantener el sentido de las palabras” porque sirve para “ver lo que no está bien visto, porque está oculto, camuflado, escondido o porque incomoda”.
Rivas explica que la literatura tiene un doble sentido, porque puede utilizarse para “descontar aquello que no se quiere ver”, pero para él los seres humanos somos “seres muy extraños y no hay nada como la literatura para aproximarte a esa extrañeza”.
Además, el narrador y poeta defiende su lengua, el gallego, y expone que se encuentra en “un proceso de extinción”, por lo que “la literatura es más necesaria que nunca para revertirlo”.
Última novela
El autor, que se encuentra en la Feria de Sevilla para presentar su última novela, “Detrás del cielo”, ha conocido allí la noticia de su galardón: “En plena tormenta sevillana me llamó el que pensaba que era un primo bromista diciendo que había ganado, pero era el ministro de Cultura. Fue una tormenta creativa”. Él a su vez, la primera persona a la que se lo dijo fue a su mujer, Isabel, porque lo recibe como “un premio compartido” y que sin ella “no sería posible”.
Rivas ha confesado que lo primero en lo que ha pensado al ganar el premio ha sido en su infancia. “Me situé en la casa de mis padres, en Elviña (A Coruña), cuando empecé a soñar con ser escritor”, relata el autor: “Mi padre siempre volvía empapado del trabajo y me decía ‘busca un trabajo donde no te mojes’. Y yo empecé a hacer periodismo pensando que no me iba a mojar, pero no estuve acertado.”
Con los 50.000 euros del galardón, el autor espera tapar goteras, porque explica que “como buen gallego” siempre le persigue “una espingueira”.
Una pluma sin adoctrinar
El jurado del premio Nacional de las Letras ha premiado a Manuel Rivas por su “pluma que, sin adoctrinamiento, agita conciencias”, algo que no sabe si es cierto. “Hubo días en los que pensaba que la literatura podía influir en la sociedad”, cuenta el escritor, que admite que ahora lo que piensa es que el primer compromiso del escritor “es escribir y no desapegarse de la vida” pero que no descarta que las letras puedan influir en la mirada.
Rivas asegura que la experiencia de escribir cambia su propio sentido al “ver cosas que antes no veía y percibir cosas que antes no veía” y que alguien no puede ser libre del todo si la gente que te rodea está siendo oprimida. “La libertad tiene una dimensión solidaria, el hacer lo que te da la gana no es libertad, es pisotear. Todo esto para mi tiene que ver con la literatura”, explica el escritor.
Un premio inesperado
Su primer premio lo recibió como poeta a los 17 años, el Premio Nova de O Facho, con el que fue feliz porque pudo comprarse “un pantalón de pana y una camisa de felpa, de cuadros”. El autor asegura que todos los premios que vinieron después son galardones donde fue elegido, pero que no se presentó a ello. Por ello, dice que no va “a estar pendiente del siguiente”.
“Para escribir tienes que estar desnudo, sin contemplaciones”, explica Rivas, pero también agradece el reconocimiento: “Hay un poema que me gusta mucho de René Char que dice ‘En mi país se dan las gracias'”
Manuel Rivas, natural de A Coruña, es narrador, poeta y ensayista, ocasionalmente dramaturgo, además de miembro de la Real Academia Gallega. Destaca su labor en los medios de comunicación gallegos y en el resto del Estado español, que abarca tanto la dirección de cabeceras –como por ejemplo la revista ‘Luzes’–, como el columnismo en periódicos como ‘El País’ o ‘La Voz de Galicia’.