Segismundo García, dueño de la emblemática fábrica de cerámica Sargadelos, ha dado un giro inesperado en su decisión de cerrar la planta de Cervo. Tras un encuentro con los trabajadores, el empresario comunicó que no habrá despidos y que, a partir de la próxima semana, los empleados podrán reincorporarse a sus puestos de trabajo.
La planta había sido cerrada este jueves a raíz de un conflicto con la Inspección de Trabajo, que había detectado 36 deficiencias en materia de seguridad laboral. Esta medida de cierre, que conmocionó a Galicia, fue tachada por el inspector de Trabajo que acudió al lugar como un “cierre patronal” fuera de la legalidad, toda vez que no se había notificado de forma oficial ni un cese de actividad ni el despido de los trabajadores.
De hecho, los trabajadores se encontraron las puertas de la fábrica cerradas cuando acudieron a su turno habitual. No obstante, tras la reunión con García, los empleados recibieron la noticia de que no habrá despidos y que la prioridad sigue siendo la seguridad de la plantilla. Según García, la suspensión de la actividad fue una medida preventiva para evitar riesgos laborales, aunque prometió buscar una solución al conflicto.
El conselleiro de Emprego, José González, y la alcaldesa de Cervo, Dolores García, también han participado en las negociaciones para encontrar una salida al conflicto. Ambas autoridades han expresado su apoyo a la continuidad de la planta, que consideran un pilar del patrimonio gallego.
A pesar de la incertidumbre vivida, los trabajadores han decidido regresar a la fábrica este viernes, con la esperanza de que se resuelva satisfactoriamente la situación. Mientras tanto, los representantes sindicales de CCOO y CIG han asesorado a los empleados, recomendándoles seguir acudiendo al puesto de trabajo hasta que haya una comunicación oficial sobre su situación laboral.
