El hombre que había sido agredido en un partido de balonmano de categorías base el pasado 15 de diciembre de 2024 falleció en la madrugada de este lunes tras más de dos meses hospitalizado, sin poder superar las lesiones sufridas. Se trataba del abuelo del árbitro del encuentro, que cayó al suelo al ser empujado por el padre de una jugadora que participaba en el partido de categoría cadete.
La Federación Galega de Balonmán informó del fallecimiento y transmitió el agradecimiento de la familia al personal del Hospital Álvaro Cunqueiro, especialmente a los profesionales de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y Reanimación (REA), por su profesionalidad, atención y empatía durante todo este tiempo.
Además, la Federación compartió una carta en la que expresa su «impotencia e indignación» por no haber podido evitar el trágico desenlace. «Perdón por llegar tarde, perdón por no avisar y por no haber sido capaces de transmitir de forma eficiente que sin respeto nada de esto tiene sentido», señala la misiva, que también lamenta que «quien provocó tu partida aún tenga más que decir y siga haciendo vida normal».
El texto también pide disculpas por «no lograr que quien legisla y regula intuya que lo que hay no llega» y por «no ser capaces de impedir tu viaje». La carta agradece haber podido conocer a la «estupenda y unida» familia del fallecido, a la que califica de «ejemplo» para promover los valores que el balonmano debería transmitir.
«Gracias por estar ahí, Andrés. Sabemos que, aunque no te veamos en nuestros pabellones, siempre estarás con nosotros», concluye el mensaje, que traslada su pesar a la familia en nombre de todo el balonmano gallego.