Galicia ha vivido una trágica racha en sus carreteras: cuatro motoristas han perdido la vida en apenas cuatro días, lo que ha encendido todas las alarmas en el inicio del verano, una época especialmente delicada para los conductores de motocicletas. La Dirección General de Tráfico (DGT) ya había advertido del riesgo creciente para este colectivo, especialmente vulnerable ante cualquier percance en carretera.
El domingo se saldó con dos accidentes fatales: uno de ellos tuvo lugar en Riós, en Ourense, donde un motorista falleció al impactar con un coche en la autovía A-52, a la altura del kilómetro 143. El otro siniestro mortal ocurrió en Ortigueira, en A Coruña, en la carretera AC-862. En este caso, el motorista quedó inconsciente tras chocar con un turismo y, aunque se movilizaron los servicios de emergencia, nada se pudo hacer por salvarle la vida.
Estos fallecimientos se suman a los registrados el pasado jueves, cuando dos motoristas murieron con apenas unas horas de diferencia. El primero, un joven de 27 años, se dirigía a su lugar de trabajo en Lugo cuando perdió la vida en un accidente. Más tarde, otro hombre de 38 años fallecía en Rianxo tras colisionar con un turismo pasadas las diez de la noche.
Con estas últimas víctimas, Galicia ya suma once fallecimientos de usuarios de vehículos de dos ruedas en lo que va de año —diez motoristas y un ciclomotorista—, lo que representa aproximadamente una quinta parte de todos los fallecidos en accidentes de tráfico en la comunidad.
Desde la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y la DGT se insiste en la necesidad de extremar las precauciones, sobre todo en estos meses en los que el buen tiempo invita a sacar la moto. Recuerdan que, aunque los errores humanos pueden tener consecuencias graves en cualquier vehículo, en el caso de las motos las posibilidades de sufrir lesiones mortales son considerablemente mayores. Por ello, hacen un nuevo llamamiento a la prudencia, tanto a motoristas como al resto de conductores, para evitar que estas cifras sigan creciendo.