«No nos vale estar en un apartado dentro de una ley de representación. Necesitamos una herramienta potente, específica y con compromiso económico». Rosa Arcos, secretaria general de FADEMUR Galicia, explica que la falta de apoyo político y económico está llevando al rural gallego a un declive irreversible. En la antesala del 8M, vuelven a poner el foco en una de sus demandas históricas: la creación de un Estatuto de las Mujeres Rurales. Uno específico para ellas, no un apartado dentro del Estatuto de la Mujer Rural y del Mar en Galicia diseñado por la Xunta.
Las cifras del informe de FADEMUR con motivo del 8M reflejan la desigualdad que enfrentan las mujeres del rural gallego. Aunque son mayoría entre las perceptoras de ayudas directas de la PAC, reciben un 36,7% menos que los hombres. En las ayudas al desarrollo rural, la diferencia alcanza el 24,45%.
«Crean proyectos de vida, no negocios oportunistas»
No obstante, desde FADEMUR inciden en que «la Política Agraria Común (PAC) ha estado diseñada históricamente para las grandes explotaciones, favoreciendo un modelo que excluye a las mujeres, que suelen liderar explotaciones más pequeñas, pero más sostenibles y resilientes», explica la secretaria general. «Son estas explotaciones familiares las que fijan población, cuidan el territorio y diversifican la economía local», continúa.
Las mujeres emprenden con una visión de comunidad, explica Arcos. Según un informe del Observatorio del Emprendimiento Global Entrepreneurship Monitor, tienden a priorizar el impacto social y medioambiental de sus iniciativas más que los hombres —un 59% frente a 55%—. Sin embargo, se enfrentan a obstáculos como normativas restrictivas, menor acceso a financiación y dificultades en la comercialización. «No son negocios oportunistas, sino proyectos de vida. Muchas mujeres vienen al rural por convicción, pero no encuentran apoyo suficiente para salir adelante».
Cada 8 de marzo, las mujeres salimos a las calles para reivindicar nuestros derechos y alzar la voz 📣
— FADEMUR (@fademur) March 7, 2025
Desde FADEMUR, lo tenemos claro: Frente a la ola reaccionaria, igualdad y progreso para las mujeres rurales. No daremos ni un paso atrás🚜♀#8M #MujeresRurales… pic.twitter.com/Vtkn6Phhfp
Pero las dificultades no solo afectan a las mujeres en activo, sino también a aquellas que ya han alcanzado la edad de jubilación. En Galicia, casi el 90% de las pensiones de viudedad son percibidas por mujeres, y la brecha en las pensiones de jubilación sigue siendo significativa: de media, ellas cobran 421,88 euros menos al mes que los hombres. «Después de toda una vida trabajando, las mujeres del rural se encuentran con pensiones miserables», lamenta Arcos.
«Si no garantizamos condiciones dignas, el campo desaparecerá»
Otro de los asuntos clave que es tranversal es el despoblamiento. Una de las amenazas que pesa sobre el futuro del campo gallego. En los últimos 23 años, las Zonas Poco Pobladas han perdido 77.611 habitantes, mientras que las Zonas Intermedias han ganado 55.275 y las Densamente Pobladas, 24.923. El envejecimiento agrava la situación: en Galicia hay 270 personas mayores de 65 años por cada 100 menores de 20, pero en Ourense la cifra se dispara hasta 382,9. Entre las mujeres, la brecha es aún mayor, con 435,9 mayores de 65 años por cada 100 menores de 20 en las zonas menos pobladas. «Si no garantizamos condiciones dignas, nadie se quedará en el rural. Y sin relevo generacional, el campo desaparecerá», advierte Arcos.