Un año después de tomar posesión como presidente de la Xunta con mayoría absoluta, Alfonso Rueda reunió a su equipo en la Cidade da Cultura para hacer balance de gestión. Lo hizo en un acto sin preguntas, en formato de talk show, rodeado de testimonios elegidos para ilustrar el impacto positivo de las políticas del Gobierno gallego. Desde el escenario, lanzó una consigna a sus conselleiros: «Pisar el acelerador aún más» en lo que resta de legislatura.
Rueda apeló a la estabilidad, el rigor y la acción como ejes de su mandato y reivindicó la marca «Galicia Calidade» como criterio de exigencia en la gestión pública. «Nuestro compromiso es cumplir con la palabra dada e invertir lo mejor posible el dinero público, que viene del esfuerzo de la gente», aseguró durante su intervención.
Sanidad «vilipendiada» por sistema
La sanidad fue uno de los temas destacados en su discurso, en un momento en el que el sistema gallego acumula protestas por la sobrecarga de la atención primaria, la falta de personal y el incremento de las listas de espera. Pese a ello, Rueda se limitó a reivindicar el sistema público frente a quienes, según dijo, lo «vilipendian por sistema». Mencionó avances como el calendario vacunal, pero sin hacer referencia a los problemas estructurales que denuncian sindicatos y profesionales sanitarios.
En materia de vivienda, Rueda reiteró su promesa de construir 4.000 viviendas públicas durante la legislatura y rechazó cualquier intento de criminalización hacia los propietarios defendiendo una política que favorezca la convivencia entre caseros e inquilinos: «No tienen la culpa de los problemas de la vivienda, o por lo menos no de manera sistemática», dijo.
También aprovechó para reclamar al Gobierno central más inversiones en infraestructuras y servicios ferroviarios. Sin citarlo directamente, advirtió que «un gobierno que no escucha es un gobierno soberbio que se va a equivocar» y apostó por una estrategia de «petición sin confrontación» para que Galicia pueda competir en igualdad de condiciones.
En el plano económico, defendió la continuidad de proyectos industriales que cumplan con la normativa ambiental, en referencia a la planta de Altri en Palas de Rei. El proyecto, aún en tramitación, ha generado una fuerte contestación social por su impacto ambiental. Rueda salió en defensa de los funcionarios que participan en la evaluación: «Muchos trabajadores públicos honrados y profesionales están siendo vilipendiados por tramitar estos expedientes».
En clave turística, reivindicó el sector como motor de riqueza, con la vista puesta en el Xacobeo 2027. Rechazó lo que calificó como «atisbos de turismofobia» y lanzó un mensaje que ha generado críticas en redes sociales: «Los que piensan que sobra gente, a lo mejor los que sobran son ellos».
Migración, lengua y apelación final a la confianza
Sobre el sistema de acogida a menores migrantes, reiteró que Galicia está dispuesta a participar, pero exigió una financiación adecuada y coordinación entre administraciones. Reclamó que no se actúe con «soluciones improvisadas» y pidió abordar el reto demográfico de forma responsable.
En relación al gallego, apostó por un mensaje de consenso: «Fomentar o galego desde o respecto e sen imposicións». No hubo mención al retroceso del idioma entre la juventud ni a los últimos datos de uso social.
Rueda cerró su intervención apelando a la responsabilidad colectiva del Gobierno ante los errores y aciertos. «Hay muchísima gente esperando que no la decepcionen. Estamos dispuestos a seguir liderando y a seguir siendo depositarios de esa confianza».