El Concello de Santiago someterá este jueves a votación la aprobación definitiva de la tasa turística, un proyecto que ya obtuvo el respaldo mayoritario en el pleno de mayo y que ahora afronta su último trámite con la expectativa de contar nuevamente con los mismos apoyos.
En aquella primera sesión, la iniciativa fue avalada por el bipartito que conforman BNG y Compostela Aberta, con el respaldo del PSOE y de concejales no adscritos, mientras que el PP optó por la abstención. A raíz de las negociaciones posteriores, el equipo de gobierno aceptó la petición socialista de aplazar la entrada en vigor de la ordenanza hasta el 1 de octubre.
No obstante, los ediles no adscritos han introducido ahora nuevas exigencias para garantizar su voto favorable. Entre las condiciones planteadas, destacan la creación de una comisión de seguimiento con plazos definidos, la composición detallada de este órgano, la delimitación de los fondos recaudados y el control sobre los autobuses turísticos que llegan a la ciudad. Estas demandas coinciden, en buena medida, con las reclamaciones expresadas previamente por el Partido Popular para mantener su abstención.
La concejala de Turismo, Míriam Louzao, ha asegurado que las conversaciones con los grupos municipales continúan y ha mostrado su confianza en que la propuesta saldrá adelante sin mayores complicaciones. «He mantenido el diálogo con todos los representantes que apoyaron la ordenanza y seguiré haciéndolo hasta el último momento», declaró.
Uno de los puntos más debatidos sigue siendo el destino de los fondos recaudados. Mientras la normativa contempla que un mínimo del 80% se invierta en medidas de turismo sostenible, diversos colectivos como la Unión Hotelera de Compostela (UHC) han criticado la falta de concreción sobre su uso específico. Al respecto, Louzao ha defendido que la ley no exige detallar esos proyectos en la ordenanza, ya que serán definidos anualmente por la comisión de seguimiento, órgano que deberá constituirse en un plazo de seis meses.
Por su parte, la exconcejala socialista Mercedes Rosón ha reclamado que el 20% restante de la recaudación se destine a reforzar los servicios municipales de limpieza, mantenimiento y conservación, así como a financiar actuaciones previstas en el Plan Director de la Alameda. Entre las primeras propuestas para utilizar los fondos, Rosón mencionó la posibilidad de organizar un espectáculo de ‘video mapping’ el próximo 25 de julio.
Las críticas al proceso de tramitación de la tasa también se han hecho oír desde el sector hostelero. Esta semana, la UHC se manifestó frente al Pazo de Raxoi para protestar contra lo que consideran un impuesto «injusto», «mal planteado» y aprobado de forma apresurada. Sin embargo, Louzao ha desmentido estas acusaciones, asegurando que el gobierno local ha mantenido el diálogo desde el inicio y ha trabajado con planificación.
En paralelo, el PSOE ha elevado el tono de sus críticas hacia el ejecutivo de Goretti Sanmartín. Aitor Bouza, secretario general del PSOE en Santiago, reprochó al gobierno local su falta de agilidad en asuntos clave como la declaración de zona de mercado residencial tensionado, comparando la gestión de la tasa turística con la «diligencia y precisión» mostrada, según él, por el gobierno socialista de A Coruña.
Pese a las fricciones y la presión desde diversos frentes, el Concello de Santiago confía en que la tasa turística se aprobará definitivamente este jueves, lo que supondría su entrada en vigor a partir de octubre, una vez resueltos los últimos flecos en las negociaciones políticas.