Sobria y Serena: «A mí ya se me caen las tetas y estoy más feliz que nunca»

Jazmín Abuín y Arantxa Treus actúan el 7 de mayo en la Sala Capitol con 'El Chou', un espectáculo que mezcla humor, memoria y mucha sororidad intergeneracional
A la izquierda, Arantxa Treus y, a la derecha, Jazmin Abuín
A la izquierda, Arantxa Treus y, a la derecha, Jazmin Abuín

La entrevista arranca con eco. Literal. Una de esas llamadas a tres en las que una voz se repite en estéreo y no hay forma de hablar sin oírse como si tuvieras un doble en el más allá. «Me oigo como un idiotizador», dice una de ellas antes de colgar y empezar de nuevo. Nada grave: el tipo de confusión que, más que molestar, confirma que son dos cómicas que saben cómo encajar cualquier situación.

Sobria y Serena —nombre artístico del dúo formado por Jazmín Abuín y Arantxa Treus— es un dúo cómico nacido en Vigo que lleva tiempo haciendo haciéndose hueco en redes y sobre los escenarios. «Las dos llevábamos años como actrices y cómicas, aunque no nos conocíamos», explica Jazmín. Fue a raíz de un monólogo en Vigo cuando todo empezó. «Arantxa vino a verme y desde entonces no nos hemos separado». Arantxa confirma: «Yo llevaba un año en esto y cuando la vi fue como: gracias, universo, por traerme a esta comicaza».

«Esto no es comedia femenina, es comedia. Punto»

Después de trabajar juntas en varios carteles, decidieron formar un tándem estable. «Nos entendemos muy bien dentro y fuera del escenario», dicen. De ahí surgió El Chou, el espectáculo que presentan el 7 de mayo en la Sala Capitol de Santiago. Un show que parte de su propia experiencia para hablar —en clave de humor— de cómo se nos educa a las mujeres y de cómo esa educación se repite, generación tras generación.



«Nos llevamos ocho años, pero compartimos referentes: la tele que veíamos, las revistas que leíamos, la música. Y eso conecta con muchísima gente», explica Jazmín. El público, dicen, se ríe, se ve reflejado y sale del teatro con una mezcla de carcajada y catarsis.

Pero si hay algo que les revienta es que etiqueten lo que hacen como comedia femenina. «A mí se me erizan los pelos del bigote», suelta Arantxa. «Esto no es comedia femenina. Es comedia. Igual que nadie dice comedia masculina cuando actúa un tío».

«Las abuelas son el espejo más honesto que tenemos»

Una de las partes más especiales del espectáculo es la colaboración con mujeres mayores de 70 años de cada localidad en la que actúan. «Siempre invitamos a una señora del lugar a participar. Es su momento, su espacio», cuentan. Y el resultado nunca decepciona: «Son graciosísimas, sabias, auténticas. Nosotras somos porque ellas estuvieron antes».


Además, el show incluye vídeos de mujeres reales —de sus familias o de otras— como una forma de rendir homenaje a generaciones silenciadas. «Muchas no saben ni lo que han conseguido. Les damos ese espacio porque se lo han ganado y porque necesitamos vernos en ellas».

La mayoría del público que acude a ‘El Chou‘ son mujeres, aunque los hombres que se animan suelen salir encantados. «Al principio venían arrastrados por sus parejas, pero cada vez vienen más por iniciativa propia», dice Jazmín. «El humor conecta cuando es bueno, pero también cuando te ves reflejado. Y muchas mujeres estaban deseando verse reflejadas sin tener que ser perfectas».

Arantxa lo resume con la claridad que da la experiencia: «Yo ya no quiero ser perfecta. A mí ya se me caen las tetas, tengo sudores nocturnos y niebla mental. Pero nunca he sido tan feliz ni tan poderosa. Y quiero compartirlo con todas vosotras. Y con vosotros también, claro».

El algoritmo, una barrera para el activismo

Sus vídeos en redes les han dado visibilidad, pero también más de un encontronazo con el algoritmo. «Los vídeos que más se comparten, los que hablan de feminismo o activismo, son los que menos muestra Instagram», denuncian. «Pero justo esos son los que nos traen público al teatro», explica Jazmín.

También reciben comentarios machistas, aunque no suelen centrarse en el contenido. «No te dicen que no tienes gracia. Te dicen que estás vieja o fea», lamenta Arantxa. «No critican el trabajo, te critican a ti». Aun así, Sobria y Serena «siguen hacia adelante, siempre. Aunque cueste el doble solo por tener popones».

Publicidad
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.