Raquel Sánchez del Valle Díaz, neuróloga lucense del Hospital Clínic de Barcelona, ha sido recientemente reelegida como coordinadora del Grupo de Estudio de Conductas y Demencias de la Sociedad Española de Neurología (SEN). En una conversación con Enfoques.gal aborda los principales desafíos que enfrenta en su segundo mandato, en un momento en el que los avances científicos están redefiniendo “los paradigmas de manejo de las demencias neurodegenerativas”.
Sánchez del Valle, formada en la Universidade de Santiago de Compostela, se encuentra al frente del grupo en un contexto de transformación en el manejo de las demencias, marcado por el desarrollo de nuevos biomarcadores biológicos y el diagnóstico precoz. “El Grupo de Estudio actúa como líder de opinión, agente de cambio, formador de neurólogos y atractor de nuevos especialistas en demencias neurodegenerativas”, explica. “Necesitamos atraer a más neurólogos jóvenes a esta especialidad”, remarca.
Desigualdad territorial
Sin embargo, la desigualdad territorial en el acceso a estas tecnologías representa un obstáculo. Solo en Galicia hay cerca de 70.500 personas con Alzheimer o algun otro tipo de demencia. “Desde la SEN no tenemos la capacidad para tomar decisiones políticas, pero sí podemos impulsar la formación y una serie de recomendaciones para que las nuevas tecnologías estén accesibles a todos los centros y no solamente a determinados centros de ciertas ciudades”, explica.
Una de las acciones que han llevado a cabo ha sido la reciente publicación sobre el uso de biomarcadores plasmáticos, una herramienta que facilita el diagnóstico del Alzheimer mediante análisis de sangre. Esta incorporación supone un avance significativo, aunque aún está en fase de implementación en los sistemas sanitarios españoles.
Otra es la posible incorporación de nuevos tratamientos, como el lecanemab, un medicamento que se administra para retrasar el avance de la demencia. Se trata de un anticuerpo monoclonal para administrar en fases iniciales. Aprobado en Estados Unidos y recientemente recomendado por la Agencia Europea del Medicamento, su implantación en España dependerá de la decisión del Ministerio de Sanidad y de su inclusión en la cartera de servicios públicos. “Si el fármaco se aprueba en España, se necesitará reorganizar los sistemas de derivación y diagnóstico precoz, implicando a distintos especialistas, desde neurólogos hasta médicos de atención primaria”, indica la neuróloga.
Un problema de salud pública en crecimiento
El envejecimiento de la población ha convertido las demencias en una de las principales preocupaciones de la salud pública. La Organización Mundial de la Salud estima que los casos de demencia podrían duplicarse en las próximas décadas. A pesar de los avances, la enfermedad de Alzheimer y otras patologías neurodegenerativas siguen sin cura.
“No estamos hablando de revertir la muerte neuronal, sino de ralentizar el progreso de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de los pacientes”, aclara. Los tratamientos actuales buscan prolongar la independencia funcional de los afectados, permitiéndoles mantener una mejor calidad de vida el mayor tiempo posible.
Más allá de la edad, que es el principal factor de riesgo, también se ha identificado una mayor prevalencia de demencia en mujeres o “poblaciones con menor nivel educativo, expuestas a contaminación o con mayores tasas de obesidad y sedentarismo”. Por ello, considera esencial implementar estrategias preventivas que incluyan recomendaciones sanitarias y programas de concienciación.