Un furancho en Mallorca donde “sanear morriña”

La santiaguesa Laura Sueiro ha querido llevar la "típica taberna gallega" al centro de la capital Balear, acercando lo mejor de la gastronomía de Galicia a ritmo de foliada

Laura Sueiro, dueña de Jalopín Mallorca, también es pandereteira

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En pleno centro de Palma, Jalopín Mallorca se presenta como “un rinconciño para tod@s, enxebre y molón, donde sanear morriña”. Este furancho gallego, ubicado en Carrer de Cecili Metel, ofrece una experiencia auténtica con “pulpiño, mariscos y viños da terra” donde “el concepto es el concepto”, como dicen en su Instagram. Laura Sueiro, dueña del local que ya cumple año y medio, explica que “lo que buscaba era esa alma de furancho, donde pasan cosas, donde surgen foliadas y `conxuros de queimada´”.
La idea de Jalopín Mallorca surgió durante la pandemia . “Con el COVID te replanteas todo, y yo quería montar algo como las tabernas que frecuentaba en Galicia”, explica la santiaguesa. Así que, gracias al programa DONA IMPULS —Proyectos Transformadores Liderados por Mujeres— y a la financiación parcial del Consell de Mallorca, esta gallega emigrada ha podido convertir en realidad su sueño de llevar un trozo de Galicia a sus islas favoritas.
Para mantener la esencia gallega, desde su apertura, el local se abastece principalmente con productos traídos directamente de Galicia, gracias a la colaboración de su hermano, que actúa como proveedor a través de su empresa: Pescados y Mariscos Area Maior. “Todo el producto viene de allá, sobre todo el marisco y los cárnicos: trabajamos con pequeños productores gallegos”.

La oferta gastronómica de Jalopín Mallorca incluyen los típicos platos que se encuentran en los furanchos como el raxo o zorza con patatas, oreja, las tostadas de chicharrones, quesos del país o el pulpo: “Si conseguimos traerlo de la ría, es uno de los fijos, junto con las empanadas que hacemos con la receta de mi madre”, comenta. Una de las máximas es adaptarse en la medida de lo posible a los productos de temporada, como el pimiento de Padrón, o lo que esté disponible en la lonja.

En Palma hay bastantes restaurantes gallegos, pero lo que hace este sitio diferente es que, además del lado gastronómico, también cuenta con un espacio cultural donde se hacen “xuntanzas”  de coterráneos acompañadas de música fol. Foliadas, que en muchas ocasiones surgen espontáneamente. Por eso, quien quiera asistir a alguna, deberá estar pendiente de las redes sociales de Jalopín: “De repente viene alguien que toca la gaita o la pandereta, y se arma la fiesta”, dice Laura.

 

 

Además, buscan organizar de forma mensual el tradicional conxuro de la queimada y actividades inclusivas como el ‘Coffee Sign’, un encuentro donde invitan a “compartir un café en lengua de signos”. “Queremos que este local sea accesible para todos. Por eso, ya tenemos encargadas las cartas en braille, mientras que las actuales incluyen pictogramas, pensados también para personas con TEA. En esa misma línea, colaboramos con intérpretes en lengua de signos”, explica.

Aunque ahora está bien asentada en Mallorca, Laura no descarta volver a Galicia. “Nunca tuve tantas ganas, o tan claro como ahora, que de cara a un futuro me veo en Galicia”. Cuenta que incluso se hace escapadas más frecuentemente que antes: “Si me puedo escapar, intento ir mínimo dos días al mes, incluso con la excusa de ir a ver a algún proveedor”.

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