Lucía Ageitos buscaba una idea poderosa para su tesis… y la encontró en una rana. En concreto, en la Odorrana andersonii, un pequeño anfibio asiático que sobrevive en aguas llenas de microbios gracias a unas moléculas naturales que produce su propia piel. Esa defensa biológica ha servido de inspiración para desarrollar nuevos péptidos sintéticos capaces de enfrentarse a una de las mayores amenazas para la salud global: las superbacterias.
La joven investigadora del Centro Interdisciplinar de Química y Biología (CICA) de la Universidade da Coruña ha liderado un estudio científico que se publica esta semana en la prestigiosa Trends in Biotechnology. Lo ha hecho durante una estancia predoctoral en la Universidad de Pensilvania (EE. UU.), junto al equipo del gallego César de la Fuente, uno de los investigadores más reconocidos en biología sintética.
El trabajo, que forma parte de su tesis doctoral, demuestra que estos nuevos compuestos pueden eliminar bacterias resistentes sin alterar la flora bacteriana buena del sistema digestivo. Es decir, atacan solo lo peligroso. Y eso es clave: los antibióticos tradicionales suelen destruirlo todo a su paso, lo que favorece nuevas resistencias y deja al organismo desprotegido.
Los ensayos realizados en laboratorio, tanto en células como en modelos animales, han sido prometedores. Aunque todavía queda camino por recorrer, el avance ya despierta interés por su potencial clínico. El estudio utiliza biología sintética y modelado computacional para recrear, perfeccionar y producir de forma controlada los mecanismos de defensa natural de la rana.
De las avispas a las ranas
La parte experimental se desarrolló durante 2020, en plena pandemia, y no es la primera vez que Ageitos colabora con el equipo de César de la Fuente. El año pasado formó parte de otra investigación en la que lograron convertir péptidos del veneno de avispa en antibióticos, un trabajo que fue premiado por la editorial Cell Press como uno de los mejores del año en biología química.
Ahora, Ageitos continúa su carrera científica en San Diego, en el prestigioso Scripps Institution of Oceanography, donde sigue explorando el poder oculto de la naturaleza para transformar la medicina del futuro. Desde Galicia al otro lado del océano, sigue vinculada al CICA de la UDC, ampliando una línea de trabajo que mezcla ciencia puntera, imaginación… y mucha vida microscópica.