La manifestación del pasado domingo en Melide contra la fábrica de celulosa y fibras textiles que Altri proyecta en Palas de Rei ha desencadenado una nueva polémica política en Galicia. La concentración llegó hasta las inmediaciones de la casa de la conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, portando una pancarta con el mensaje: «Ánxeles, veciña. Ti tamén tes familia. Non descansaremos», lo que ha sido interpretado por la Xunta como una amenaza explícita.
Acusaciones cruzadas
La propia Vázquez se pronunció en redes sociales, afirmando que «hai liñas vermellas que non se poden cruzar», y acusó al BNG y su entorno de estar detrás de una campaña de intimidación. El vicepresidente de la Xunta, Diego Calvo, respaldó esta visión y señaló que lo ocurrido forma parte de una estrategia de presión contra los técnicos encargados de evaluar el impacto ambiental del proyecto.
Desde el BNG rechazaron estas acusaciones, condenando cualquier tipo de intimidación, pero denunciando que el PP intenta «montar un bulo» para desacreditar la oposición ciudadana al proyecto. Argumentan que las manifestaciones contra Altri reúnen a personas de diferentes ideologías y defienden la protesta como un derecho democrático.
Incidente en la carrera del 8-M
El enfrentamiento entre críticos con Altri y la Xunta se intensificó tras una protesta durante la carrera-andaina del 8-M organizada por el Concello de Melide para conmemorar el Día Internacional de la Mujer. En la parroquia de Os Ánxeles, un grupo de 14 integrantes del colectivo Melide Vivo, contrario a la instalación de la planta, exhibió pancartas durante el evento deportivo, entre ellas la dirigida a Vázquez, vecina de la zona.
Al día siguiente, la Xunta y el PP de Lugo acusaron al colectivo de realizar un «escrache» frente al domicilio de la conselleira, calificándolo como coacción e intimidación. Diego Calvo criticó también la presencia de menores en la protesta.
Respuesta de Melide Vivo
Ramón Laia, autor de la polémica pancarta, negó rotundamente las acusaciones, aclarando que los manifestantes se situaron a más de 200 metros de la vivienda de Vázquez, de espaldas a su casa y mirando hacia el recorrido de la carrera. Aseguró que no hubo intención de amenazar, sino de concienciar sobre el impacto medioambiental de Altri, recordando que la contaminación afectaría también a la familia de la conselleira. «La verdadera amenaza es la fábrica, no los vecinos», subrayó.
Melide Vivo lleva más de un año movilizado contra el proyecto de Altri, argumentando que la proximidad de la planta, a cinco kilómetros de Melide y diez de Palas, supone un peligro directo para la salud y el medioambiente.