El Arde Lvcvs, la fiesta más importante de Lugo, se celebraba el pasado fin de semana coincidiendo también con la primera celebración de calado en la ciudad sin toque de queda. La Policía Local, en colaboración con el Ayuntamiento, tenía desplegado un amplio dispositivo, con el objetivo de que se cumpliese la normativa vigente, tanto en lo relacionado con drogas y alcohol, como con las medidas COVID-19 todavía vigentes.
Los controles de alcoholemia y drogas dejaban 13 conductores con un resultado positivo en alcohol, con siete personas duplicando la tasa máxima permitida. En este caso, estas tasas conllevan multas de 1.000 euros y la retirada de 6 puntos del permiso de conducción. Además, fueron detectados dos conductores con tasas de 0,79 y 0,75 mg/ l, es decir, triplicando la tasa máxima permitida, por lo que se instruyen, en ambos casos, diligencias por delito contra la seguridad vial. En el resto de conductores, con tasas entre 0,25 y 0,49 mg/ l, la multa asciende a 500 euros y supone 4 puntos menos en el carnet.
A estos delitos relacionados con el alcohol, se suman dos conductores que carecían del permiso de conducción. En ambos casos, los agentes instruyeron diligencias por delito contra la seguridad vial, uno de ellos además superaba la tasa de alcohol permitida.
Fiestas en domicilios: ruido, alcohol y vecinos incómodos
Con una gran presencia policial para evitar los botellones, las fiestas se trasladaron a los domicilios. El sábado, a las 4 de la mañana, una patrulla de la Policía Local se trasladaba hasta la calle Isaac Díaz Pardo, ya que los vecinos denunciaban ruidos provenientes de una vivienda que les imposibilita el descanso.
Los agentes escuchan ruidos de música y voces en tono muy alto por lo que procedieron a la identificación del responsable que manifiesta que está llevando a cabo una fiesta, siendo requerido para que cesen las molestias. El vecino redujo el volumen al instante y los agentes levantan acta de denuncia por infracción a la Ordenanza de Protección Ambiental.
Otra fiesta contaba con la participación de los agentes sobre las 5 de la mañana, en un garaje de la calle Salmón. De nuevo, eran los vecinos los que habían alertado a la Policía Local, por ruidos que impedían dormir. En total, 10 jóvenes mayores de edad eran identificados en el garaje, consumiendo alcohol y escuchando música. De nuevo, se levantaba acta de denuncia por infracción a la Ordenanza de Protección Ambiental.