Ayer se estrenaba una nueva temporada de ‘El jefe infiltrado’, un programa en el que el jefe se infiltra en la empresa bajo una identidad falsa y trabaja codo con codo con sus empleados.
En el primer programa de la temporada, el jefe infiltrado fue Héctor Pérez, el gerente de Forno de Lugo, una cadena de panaderías gallega. Este empresario empezó vendiendo pan con su furgoneta en las ferias. Al cancelarse estas con la pandemia, decidió abrir su primer local. Actualmente, cuenta con 18 tiendas, más de 100 empleados y se ha convertido en uno de los más destacados representantes de la gastronomía de Galicia.
El jefe se infiltró haciéndose pasar por Robert, un excamionero que compite en el falso concurso ‘Yo me bajo aquí. El obrador trabajó con el panadero de su obrador más emblemático, el de Castroverde. Tras su jornada de trabajo, en la que el jefe se pasa por el rol de aprendiz, el gerente tiene una conversación con el trabajador comentando sus fallos, como las medidas inexactas, no darle ropa de trabajo o la falta de higiene. «No me has exigido que me lavara las manos y he sacado unas cáscaras de huevo del bol con la mano delante de tus ojos», le aseguró.
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— El Jefe Infiltrado (@ElJefelaSexta) April 11, 2023
Pérez se infiltró también en el día a día de una de sus empleadas, Teresa, que ocupa el puesto de trabajo que a él más le gusta: el de feriante y trabajó mano a mano con una dependienta, Vanesa.