En Vilalba, el acuerdo necesario para establecer un gobierno alternativo al PP, que fue el partido más votado en las elecciones municipales del mes pasado, parece difícil de alcanzar en la actualidad. Vilalba Aberta, que aumentó su representación de dos a tres concejales, se mantiene firme en su rechazo a que Elba Veleiro -PSOE- continúe siendo la alcaldesa en el próximo mandato. Los socialistas, que habían ocupado el segundo lugar en votos al desbancar al PP hace cuatro años, experimentaron una disminución de ocho a cinco representantes en mayo.
La reunión que tuvo lugar el lunes por la tarde concluyó sin acuerdos concretos. A diferencia de las anteriores, contó con la participación de las tres formaciones necesarias para investir a alguien que no sea del PP: miembros del PSOE, Vilalba Aberta y BNG estuvieron presentes. La postura de Vilalba Aberta, antigua coalición ahora transformada en una fuerza política de ámbito municipal sin conexión directa con otros movimientos, sigue siendo la misma: se oponen a que Elba Veleiro continúe al frente del ayuntamiento. Sin embargo, están dispuestos a considerar un acuerdo si los socialistas eligen a otra persona como candidata para la sesión plenaria del sábado, cuando se constituirán las corporaciones.
El argumento de Vilalba Aberta se basa en los resultados de las elecciones del 28 de mayo. Consideran que la disminución del apoyo al PSOE, con la pérdida de tres concejales, debe resultar en la renuncia de la cabeza de lista del PSOE a dirigir otro gobierno. A diferencia de reuniones anteriores, Veleiro estuvo presente en la reunión del lunes. Vilalba Aberta sigue expresando su aspiración de conseguir la Alcaldía, algo que ha manifestado en repetidas ocasiones en los últimos días e incluso ha hablado con el PP. El lunes se reunió con una delegación popular, encabezada por Sandra Vázquez, que también aspira a gobernar el próximo mandato al ser la fuerza más votada.
Hace cuatro años, se alcanzó un acuerdo después de las elecciones. Los representantes de Vilalba Aberta en el ayuntamiento, Modesto Renda y María Xosé Fernández, respaldaron la investidura de Veleiro como alcaldesa, y el concejal asumió competencias en varias áreas. Sin embargo, en 2020 se rompió el pacto, alegando el PSOE la pérdida de confianza en ese concejal, y los socialistas pasaron a gobernar en minoría, aunque con acuerdos en algunos puntos con sus antiguos socios. El BNG, que regresó a la corporación después de quedar excluido en 2019, tiene una postura clara tras las últimas elecciones: apoyará un gobierno de izquierdas, pero su concejal, Tino Alvite, no formará parte del ejecutivo resultante.