La crisis de los pellets que afecta a las playas de Galicia ha desatado una serie de acusaciones entre las autoridades locales de la mayoría de municipios afectados y la Xunta de Galicia. La llegada masiva de pequeñas bolas de plástico a las costas gallegas ha generado una preocupación creciente, y las respuestas de los funcionarios públicos han sido variadas y a menudo polarizadas. El alcalde de Vigo, Abel Caballero, ha sido uno de los críticos más vocales de la respuesta de la Xunta ante esta emergencia ambiental. En una declaración contundente, Caballero calificó la actuación de la Xunta como una «calamidad absoluta». El alcalde ha expresado su frustración por la falta de información detallada sobre la magnitud del problema y ha instado a la Xunta a tomar medidas más eficaces para abordar la situación.
Además, Caballero ha destacado los esfuerzos de su municipio por mantener las playas libres de pellets, con inspecciones regulares y la búsqueda de máquinas que puedan limpiar automáticamente en caso necesario. Añadió que la subida al nivel 2 de alerta por parte del Gobierno central fue una decisión acertada y que confía más en la acción del Gobierno que en la de la Xunta.
La tercera teniente de alcalde de Vigo, Elena Espinosa, ha respaldado las críticas de Caballero hacia la Xunta. Ella ha afirmado que el Ayuntamiento está tomando medidas preventivas para enfrentar la crisis de los pellets y ha acusado a la Xunta de «mentir a todos los gallegos» y de no actuar con rapidez desde el principio. La respuesta del gobierno gallego no se ha hecho esperar. Ana Ortiz, la delegada de la Xunta en Vigo, ha acusado al alcalde Caballero de llevar a cabo una «inadmisible campaña partidista». Ortiz afirmó que Caballero está utilizando el problema de los pellets para fines políticos y que no está exigiendo al Gobierno central lo que debería.
Otra de las voces críticas con la gestión del gobierno de Rueda ha sido la del presidente de la Diputación de Lugo, José Tomé, quien ha acusado a la Xunta de agravar el problema de los pellets con su «rueda de mentiras, incompetencia y soberbia». Tomé criticó la falta de acción de la Xunta y su aparente pasividad en la gestión de la crisis ambiental. Tomé también hizo hincapié en que la Xunta parecía estar esperando que otros, como el Gobierno central, los ayuntamientos y los voluntarios, resolvieran el desastre ambiental en lugar de tomar medidas proactivas para abordarlo. Comparó la respuesta de la Xunta con la de Asturias, que declaró una emergencia para obtener ayuda del Estado y consideró que esta última fue más responsable y eficaz.
La alcaldesa de A Coruña, Inés Rey, también criticó la actuación de la Xunta y la acusó de «orgullo y soberbia». Rey instó a la Xunta a ejercer sus competencias y dejar de responsabilizar a los ayuntamientos por problemas que no les corresponden. Al igual que Caballero, elogió la respuesta de Asturias y la consideró un ejemplo a seguir.
Por su parte, el alcalde de Ribeira, Luis Pérez, también ha solicitado a la Xunta que «se ponga a coordinar realmente esta catástrofe ambiental». Tal y como ha detallado, desde el Ayuntamiento hacen un seguimiento a todo el litoral, monitorizando la costa con un dron y con brigadas a pie. «Sabemos que esas bolitas de plástico están diseminándose por todo el litoral de la costa de Ribeira, sobre todo las playas de la zona del Atlántico, concretamente Corrubedo y Aguiño, pero también están empezando a verse algunas bolitas en playas un poco más adentro de la Ría de Arousa», ha explicado.
Apunta también que la última comunicación que ha tenido con la Xunta sobre el tema es la carta que el pasado jueves les remitió el conselleiro de Mar. Asimismo, Pérez ha explicado que, por el momento, están almacenando los residuos en una nave municipal a la espera de saber qué se va a hacer con ese material. «Ayer llevamos casi 80 sacos enteros», ha indicado. El alcalde ha avanzado también que ya se han puesto en contacto con la aseguradora de la armadora del ‘Toconao’, como ya hizo el Ayuntamiento de Muros, que les ha comunicado que «se iba a hacer cargo de todos los costes de la limpieza».