Las fusiones de concellos: entre la voluntad política y la necesidad de información a los ciudadanos

La Xunta insiste en que las uniones de municipios deben responder a la voluntariedad de los actores implicados; los especialistas piden que, además, se expliquen a los vecinos las ventajas del proceso de manera pormenorizada

El área de Santiago de Compostela es una de las propuestas por la Xunta para la fusión de municipios

Estructura obsoleta o necesidad de optimizar la economía. La fusión de concellos es un tema recurrente en Galicia. Han pasado casi dos siglos desde que se estructuró una división de municipios que parece sujeta a revisión permanente, pero casi siempre bajo el inmovilismo. Sobre este tema, la Xunta de Galicia encargó un informe para sentar las bases de una posible reforma futura. Titulado “A planta local galega: impulso dos procesos de fusión municipal”, fue elaborado por Alberto Vaquero. Uno de los principios que sienta es que, para mejorar la gestión, el umbral mínimo de habitantes de un concello debe ser de 5.000.

Dos de las variantes que se deben despejar son el interés político local por acometer las fusiones de concellos y la capacidad de los actores principales para proporcionar información detallada del proceso a la ciudadanía. En cuanto al mantenimiento de la división municipal que ha arraigado durante muchas décadas, Borxa Neira, autor del libro “Galiza: umha, grande e ceive”, afirma que “desde a niña perspectiva, non vexo factible o sistema actual”.

Alberto Vaquero, profesor de Economía Aplicada de la Universidade de Vigo, habla sobre el umbral de los 5.000 habitantes que se propone en el informe publicado hace unas semanas: “En el estudio, valoramos las cifras económicas medias de cada uno de los grupos analizados. En el de hasta 5.000 habitantes, la variabilidad es muy elevada. De ahí que haya que estudiar caso a caso cada municipio. Sólo se trataba de hacer una simulación para el municipio ‘medio’ como ejemplo representativo. La casuística es muy amplia, de ahí que no se puede extrapolar este resultado a todos los municipios de menos de 5.000 habitantes”.

Una de las incógnitas que siempre acompaña la posibilidad de fusionar concellos radica en la voluntad política de que las uniones se lleven a cabo. “Se debería pensar más en el bienestar de la ciudadanía que en otras cuestiones. Como técnico, creo que lo adecuado sería explicar a la ciudadanía lo que puede implicar una fusión no solo desde el punto de vista económico, sino también geográfico, jurídico y sociológico; y que la población se pronuncie sobre esta decisión. Desde luego, los intereses políticos locales no deberían condicionar la decisión de la ciudadanía. Al fin y al cabo, la clase política tiene que defender el interés público y no otras cuestiones”, argumenta Vaquero.

 

Alberto Vaquero García es codirector de Red Localis, además de profesor e investigador en el Departamento de Economía Aplicada de la Facultad de Ciencias Empresariales y Turismo de la Universidade de Vigo (Grupo GEN de investigación)

 

Hace unas semanas, Diego Calvo, vicepresidente de la Xunta, defendió la voluntariedad de los concellos a la hora de plantear una posibilidad de fusión. Sobre ese carácter opcional de las uniones, Alberto Vaquero manifiesta que “es muy difícil que sea de otra forma”. “Hay que preguntarle a la ciudadanía sobre este proceso; debe ser debidamente informada y que acepte todo lo que esto supone. Las economías a escala son mucho más evidentes a medida que aumenta la población de los ayuntamientos. Aquellos municipios con poca población van a tener problemas para poder garantizar los servicios públicos que prestan. Además, no se le debería pedir los mismos servicios (ahora es lo que sucede) a un municipio de 500 habitantes que a otro de casi 5.000. Esta obligación de prestar servicios debería ser revisada y contemplar, a lo mejor, algún tramo intermedio. La variabilidad actual es enorme”, añade.

En opinión de Borxa Neira, en cuanto a las fusiones, “a Xunta debe exercer un papel de máis liderado”. “Xa no século vinte tentouse dando axudas e incentivos económicos, pero sen grandes resultados. Polo que eu considero que a Xunta debe presentar un plan xeral con propostas concretas, contando con opinións locais que vaian máis alá do ámbito político. Neste proceso, habería que contar coa sociedade civil, poñendo en valor as vantaxes económicas que traería para a veciñanza. Falta incluso unha visión empresarial”, asevera.

En cuanto a Galicia, una de las características que posee es la dispersión poblacional, un factor que hay que tener en cuenta a la hora de idear o plantear escenarios futuros de fusiones de concellos. Alberto Vaquero es consciente de este condicionante y señala que “es un elemento fundamental en este proceso”. El especialista en Economía Aplicada de la Universidade de Vigo indica que “los concellos más poblados no solo posibilitan bases tributarias mayores, sino recursos estatales y autonómicos de mayor cuantía en base al incremento de población. Además, las fusiones posibilitan aumentar los ingresos municipales tanto a través de las transferencias estatales como autonómicas, ya que incrementan los porcentajes de participación en los recursos de otras administraciones públicas. Se suele decir que la unión hace la fuerza. Y, desde el punto de vista económico, una fusión tiene un conjunto de beneficios que hay que explicitar. Por supuesto, también supone un conjunto de retos que también hay que explicar a la ciudanía. Y este ejercicio, hay llevarlo a cabo caso a caso”.

 

Borxa Neira, autor del libro ‘Mover os marcos. A (des)organizaçom do território galego’ (Através Editora)

 

La dispersión poblacional “non só pasa en Galicia”, apunta Borxa Neira. “A xente tende a concentrarse en cidades e áreas metropolitanas. Eu son partidario da redución de municipios ligada á descentralización administrativa. É dicir, hai concellos que teñen máis dunha vila e vexo contra natura que se conciba a fusión de municipios con mentalidade centralizadora. Porque, ademais, a perda de actividade administrativa afecta tamén á economía e aos comercios”, detalla.

Las mancomunidades

La creación de mancomunidades permite, entre otros aspectos, fusiones de municipios que no se encuentran en la misma provincia. No necesitan desarrollos normativos previos y tienen flexibilidad. No obstante, es una fórmula que, según detalla Alberto Vaquero, no despierta excesiva curiosidad en Galicia: “El interés por mancomunarse resulta bastante limitado. Suelen prestar una amplia cartera de obras y servicios, pero no siempre se pueden evaluar correctamente las prestaciones de servicios recibidos, en buena medida por la ausencia de información para realizar su medición. Además, resulta necesario mejorar los niveles de transparencia económica y la exigencia de mayores dosis de responsabilidad en su funcionamiento. Lo anterior cobra mucha más relevancia a tenor de las importantes subvenciones y ayudas que les concede la Xunta de Galicia a estas entidades. Que solo el 50% de las mancomunidades en Galicia remitieran al Consello de Contas en Galicia sus cuentas en plazo para el ejercicio 2020 debe ser un aviso para navegantes”.

Borxa Neira no es defensor de las mancomunidades: “O meu punto de vista vai un paso máis alá das mancomunidades. Levan moitos anos existindo e nalgunhas cousas son útiles, pero teñen posúen aspectos negativos como a falta de visión democrática ou as duplicidades”. Otro de los tipos de colaboración que se han planteado es el de las áreas metropolitanas, que respeta la competencia y titularidad de los servicios obligatorios de los Concellos. En este apartado, Alberto Vaquero lo tiene claro: “En Galicia, las áreas metropolitanas no han funcionado”.

Optimización en el número de concellos

Por lo tanto, una de las cuestiones que se plantean cuando se menciona un escenario de fusiones es conocer qué cantidad de concellos sería óptima en Galicia. Acerca de esta cuestión, Vaquero expone que “más que un número exacto, habría que valorar concello a concello. Cada caso es diferente y hace falta un estudio pormenorizado para valorar el número óptimo”.

Y, de vuelta al punto de inicio, una de las bases sería conocer si, en la actualidad, algún concello está demandando la fusión. “En el informe presentamos varias potenciales propuestas para tratar de acercarnos lo más posible a la realidad, pero son simulaciones con datos económicos; sólo es un ejercicio de lo que podría pasar. Los economistas hacemos mucho este tipo de simulaciones para analizar los costes y beneficios. En definitiva, no me consta esa demanda, pero entiendo que, a partir de ahora, con el documento presentado, es el momento de reflexionar y valorar esta posibilidad. Es un debate que hay que abrir y valorar en su justa medida por parte de aquellos concellos interesados”, concluye Alberto Vaquero. “Vexo complicado que todos os actores dean o brazo a torcer. Pero se enfatizamos as vantaxes económicas e o paso cara á descentralización, vexo unha posibilidade de éxito”, apostilla Borxa Neira.

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