El Concello de Lugo ha iniciado el proceso de expropiación de los terrenos del antiguo colegio del Sagrado Corazón con el objetivo de ponerlos a disposición de la Xunta para la construcción del nuevo centro de salud comprometido por el Gobierno gallego. La decisión llega después de meses de negociaciones infructuosas con la entidad propietaria, ABANCA, para llegar a un acuerdo amistoso de permuta. El Ejecutivo local ha optado finalmente por activar la vía forzosa para desbloquear un proyecto que acumula años de retrasos y que sigue enfrentando obstáculos administrativos.
La expropiación, que ya cuenta con una partida reservada de 900.000 euros, permitirá que la parcela —la única con uso dotacional del barrio— quede formalmente cedida a la Consellería de Sanidade. Técnicos municipales ya han redactado el expediente, que deberá pasar ahora por los trámites habituales: aprobación inicial por la Xunta de Goberno Local, publicación en el Diario Oficial de Galicia y en prensa provincial, un período de información pública de un mes, notificaciones individualizadas a los titulares registrales y catastrales y, finalmente, la fijación del justiprecio. El calendario con el que trabaja el área de Urbanismo sitúa la entrega del suelo antes de final de año.
El problema está ahora en lo que no se ha dicho: si la Xunta asumirá o no la demolición del edificio existente. El derribo es un paso imprescindible para ejecutar el proyecto sanitario y está valorado en más de dos millones de euros. El Gobierno local considera que esta actuación corresponde en exclusiva a la Administración autonómica, como titular del futuro equipamiento. Desde Sanidade, sin embargo, no han concretado aún si incluirán esa intervención en su planificación, lo que ha reactivado las dudas sobre el compromiso real de la Xunta con el desarrollo del centro.
«Non hai dúbida de que o derrubo correspóndelle á Consellería», insistió este lunes el alcalde, Miguel Fernández, durante la presentación pública del expediente de expropiación. Según explicó, el departamento autonómico sí trasladó al Concello la petición de colaboración en materia de accesos y urbanización, un aspecto en el que el Ayuntamiento ya mostró su disposición a cooperar. Pero la demolición, insistió el regidor, es competencia de quien va a promover y ejecutar el proyecto, tal como marca la normativa.
Desde el Gobierno local advierten del riesgo de que esta falta de claridad se convierta en un nuevo pretexto para aplazar la inversión. «Non queremos que se volva usar un trámite pendente como escusa para non avanzar no proxecto», señalan desde el entorno del alcalde. Fernández ya dejó claro que su objetivo es evitar cualquier margen de dilación: «Poñemos en marcha a expropiación para que a Consellería non teña ningunha escusa e poida empezar a traballar».
Esta toma de decisiones por parte del Concello se enmarca en un contexto de colaboración institucional, que contrasta con lo que el Ejecutivo local interpreta como una actitud ambigua por parte del Gobierno autonómico. De hecho, el Ayuntamiento no solo ha asumido el coste de la expropiación de un solar que no es de su competencia, sino que también ha ofrecido apoyo técnico y urbanístico para agilizar la futura obra, sin que hasta el momento haya recibido un compromiso claro y por escrito por parte de la Xunta respecto a la demolición.
El proyecto del centro de salud del Sagrado Corazón es una reivindicación histórica del barrio y del conjunto de la ciudad. En mayo de este año, el conselleiro de Sanidade, Antonio Gómez Caamaño, trasladó al alcalde su compromiso para asumir la totalidad de la parcela, de unos 5.700 metros cuadrados, y proyectar en ella tanto el nuevo centro de atención primaria como otros equipamientos sociosanitarios. Aquel anuncio fue leído entonces como un desbloqueo del proyecto, especialmente porque hasta entonces la Xunta contemplaba actuar únicamente sobre una parte del solar. Sin embargo, la falta de avances y de definiciones concretas en lo que respecta al derribo del antiguo colegio ha vuelto a poner en duda la viabilidad a corto plazo de la obra.
La ubicación del nuevo centro de salud es estratégica. Se trata de la única parcela disponible con uso dotacional en un barrio que está llamado a transformarse con la puesta en marcha de la estación intermodal y el desarrollo urbano previsto para As Gándaras y Paradai. Desde el Concello se considera que esta inversión sanitaria debe ser el primer paso para revitalizar la zona y dar respuesta a una demanda vecinal ampliamente respaldada por el conjunto de los grupos políticos de la corporación.
A día de hoy, la pelota está en el tejado de la Xunta. Con el suelo en proceso de expropiación, fondos municipales comprometidos y la voluntad expresa del Ayuntamiento de colaborar en todo aquello que facilite la tramitación, el proyecto depende ya exclusivamente del Gobierno gallego.