Sarria, Melide, Arzúa y, como no, la plaza del Obradoiro han sido testigos de la travesía de un grupo de jóvenes italianos con autismo que han completado el Camino de Santiago.
Junto a ellos, familiares, educadores, voluntarios y fuerzas de seguridad acompañaron los pasos de estos chicos que pretenden dar visibilidad al trastorno del espectro autista (TEA).
Lo hacen a través del proyecto ‘CamminAutismo’. Una idea nacida en Italia que busca ofrecer a jóvenes con autismo una oportunidad única de convivencia, autonomía y conexión con los demás. Pero también lanza un mensaje claro a la sociedad: la inclusión no es una meta, sino un camino que se construye día a día.
Un camino que ha resultado en una analogía de sus propias experiencias, pues «el camino hacia la autonomía y la inclusión no es una línea recta que va en una única dirección», han comentado en su cuenta de Instagram.
Por eso su llegada a la plaza del Obradoiro fue más que una meta: fue una celebración colectiva, llena de orgullo porque cada mochila cargaba mucho más que ropa y provisiones.