Recibe una brutal paliza en la puerta de su casa tras pedir silencio en la calle en Ferrol

Un hombre de 58 años fue agredido en la madrugada del domingo en su vivienda en la rúa Madalena, después de que los atacantes forzaran y rompieran la puerta del edificio para subir hasta su piso

Valentín, el vecino de la calle Magdalena, con varios hematomas y puntos de sutura | ENFOQUES

Un hombre de 58 años fue agredido en la madrugada del domingo en su vivienda, ubicada en la rúa Madalena de Ferrol, tras reprender a un grupo de jóvenes por el ruido que estaban generando en la vía pública. El incidente ocurrió alrededor de las 05:30 horas, cuando, cansado del bullicio proveniente de la calle, decidió asomarse a la ventana para pedirles que bajaran la voz.

Los jóvenes no solo ignoraron su petición, sino que subieron hasta el rellano de su vivienda, forzaron la puerta de acceso al edificio y llegaron hasta la puerta del apartamento del hombre. Al abrirles, fue inmediatamente agredido por una pareja, que lo golpeó con violencia. Los atacantes y el grupo que lo acompañaba huyeron antes de que llegaran las patrullas de la Policía Local y Nacional, quienes, a pesar de su rápida intervención, no lograron detener a los agresores en el momento.

El hombre fue trasladado en ambulancia al Hospital Arquitecto Marcide para recibir atención médica y posteriormente fue derivado al Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) debido a la gravedad de sus heridas. Aunque ya ha sido dado de alta, presenta graves hematomas en la cara, especialmente visibles en los ojos, y puntos de sutura en el labio, además de magulladuras en todo el cuerpo.

Graves heridas

Valentín, que ya ha vuelto a casa después de recibir atención médica en el CHUAC (A Coruña) por las graves heridas sufridas, confiesa no tener “miedo”, aunque sí afirma estar “harto” de estas situaciones, que se repiten cada fin de semana en esta calle, una zona de ocio de la ciudad naval.

Todavía no ha acudido a la comisaría para confirmar la denuncia, pues se siente “mareado” y el esfuerzo mental y físico le resulta abrumador. Durante una conversación con la prensa esta mañana, frente a la entrada de su edificio, Valentín se apoyaba en el marco del portal, que todavía mostraba los destrozos causados por las patadas y puñetazos de los agresores. En el lugar, se podía ver el polvo blanco utilizado por la Policía Nacional para recoger huellas, tanto en el portal como en la puerta de su vivienda en la tercera planta.

 

El número 16 de la rúa Madalena, que muestra graves desperfectos | ENFOQUES

Valentín relata que, tras destrozar el portal, los jóvenes subieron hasta su vivienda. Al abrirles la puerta para increparles, ya que “tenía la puerta casi encima”, lo golpearon brutalmente, dejándolo gravemente herido. “No me pude defender”, dice mientras muestra sus manos sin heridas y sin evidencias de haber sido parte activa en la pelea. Añade: “Está claro que saben hacerlo (cómo pegar), porque lo hicieron muy calculado”.

“No se sabe nada de ellos”

Por otro lado, menciona que la policía le ha informado que “no se sabe nada de ellos”. Una posible clave para identificarlos podría ser la grabación de una cámara de seguridad ubicada en el portal. Sin embargo, Valentín expresa dudas: “Se supone que sí están grabando; yo pensaba que sí, pero cada vecino dice una cosa diferente”, por lo que es posible que las cámaras estuvieran desconectadas y no exista un registro claro del incidente.

Aunque Valentín todavía se siente “confundido” y recuerda pocos detalles del ataque, describe a los agresores como una pareja joven, destacando algunos rasgos físicos que podrían ayudar a identificarlos. Menciona que la chica tiene un “corte de pelo particular” y que tanto el acento como el físico le parece de aquí, y que el chico es joven, de unos 20 años, con “pelo rizado por arriba”, moreno y con ojos oscuros: “con él puedes dudar si es de aquí, pero lo que sí quiero dejar claro es que no son magrebís, como se está diciendo”, añade.

 

“No se aguanta”

Este incidente ha intensificado la preocupación entre los residentes de la zona, quienes denuncian la constante presencia de “hordas de gente y una cantidad de decibelios que no se aguanta, ni por el día”. Según Valentín, “todo el mundo lo sabe, incluso el ayuntamiento, que ha dicho que iba a poner seguridad, pero es mentira”.

Otra vecina, que lleva décadas viviendo cerca del número 16, explica que la zona es muy conflictiva: “es una calle de paso para las zonas de copas, de mesones y de vinos, y justamente en esta manzana es donde hay un tránsito que son riadas de gente”, refiriéndose a la intersección de las calles Madalena y Lugo.

Un problema estructural que se agrava debido a la “escasa presencia policial” conlleva una sensación de impunidad que permite comportamientos inadecuados como gritar “de un extremo a otro de la calle”, orinar en plena vía pública y participar en peleas graves. Según una vecina del portal situado encima de una discoteca próxima al lugar del incidente ocurrido esta semana, un “chaval” fue empujado, cayó al suelo, “se dio un golpe en la cabeza y quedó tendido inconsciente hasta que llegó la ambulancia, mientras los otros ya se habían dado a la fuga”.

Antes las críticas vecinales que, cuentan, se vienen sucediendo desde hace muchos años, el alcalde popular José Manuel Rey Varela ha lamentado profundamente el reciente suceso haciendo a su vez una llamada al civismo. Además, señaló que, en respuesta a las quejas de los vecinos, “tuve una reunión con la policía local para obtener todos los datos y coordinar una respuesta extraordinaria entre ambos cuerpos de seguridad”. Aunque ha destacado que “hubo una respuesta policial en minutos, eso no quiere decir que en un minuto puedan evitarse todas las situaciones”.

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