Francisco Calo, del PP, nuevo alcalde de Outes tras prosperar la moción de censura

El popular ha puesto fin al mandato de Manuel González, de Compromiso por Outes, con el apoyo del único edil del PSOE, Tono Caamaño, desautorizado por el partido y recibido a gritos de "Judas", "traidor" y "pesetero"
Francisco Calo, del PP, con el bastón de mando de Outes tras prosperar su moción de censura | EP
Francisco Calo, del PP, con el bastón de mando de Outes tras prosperar su moción de censura | EP

Francisco Calo, del Partido Popular, asumió este martes la alcaldía de Outes tras prosperar una moción de censura presentada por su formación junto con el apoyo del único concejal del PSdeG, José Antonio Caamaño, desautorizado por el partido. Su decisión generó gran tensión entre los vecinos, que recibieron a Caamaño en el Concello con gritos de «Judas», «traidor» y «pesetero».

El salón de plenos se llenó con cerca de un centenar de personas interesadas en presenciar el debate. La moción, impulsada por los seis ediles del PP y el hasta ahora representante socialista –expulsado de su partido–, puso fin al mandato de Manuel González, de Compromiso por Outes, que gobernaba en coalición con el BNG.

Un debate cargado de tensión

En su intervención, el recién nombrado alcalde, Francisco Calo, justificó la moción asegurando que el PP fue la fuerza política que más creció en las elecciones municipales y que el gobierno saliente se caracterizaba por su «inoperancia e inestabilidad». Según él, la falta de entendimiento entre los socios de gobierno hizo insostenible la gestión municipal, por lo que defendió la necesidad de «un acuerdo que garantice la gobernabilidad».

Por su parte, el alcalde saliente, Manuel González, calificó la moción de «legal, pero infame» y acusó al PP de llegar al poder mediante un «pacto con un concejal tránsfuga». Además, denunció que no existían motivos de peso para su destitución más allá de «las ansias del PP por hacerse con la Alcaldía». En su discurso, defendió su gestión y resaltó que deja el Concello sin deudas y con una inversión comprometida de 2,5 millones de euros.

La situación se tensó aún más cuando González señaló que José Antonio Caamaño habría negociado un puesto en el nuevo Gobierno a cambio de su apoyo a la moción. Sin embargo, advirtió que un informe de la secretaria municipal establece que, al ser declarado tránsfuga, no podrá asumir responsabilidades ni recibir salario público.

Cruce de acusaciones y reacciones vecinales

El concejal expulsado del PSOE defendió su postura alegando que las diferencias dentro del equipo de gobierno le llevaron a abandonar la coalición. Además, criticó la gestión del alcalde saliente y del BNG, afirmando que «tenían todo abandonado» y que los militantes socialistas locales también consideraban que el gobierno era «ineficaz».

Durante el pleno, numerosos vecinos interrumpieron la sesión para increpar a Caamaño con acusaciones de «traición». Sin embargo, también hubo quienes apoyaron el cambio de gobierno, señalando deficiencias en la gestión anterior, como la falta de respuesta a problemas locales.

Reacciones políticas

El teniente de alcalde del BNG, Anxo Núñez, denunció que la moción no respondía a razones de interés público, sino a «cálculos electorales y beneficios personales». Además, advirtió que Francisco Calo podría incurrir en prevaricación si concedía algún cargo a Caamaño.

Por su parte, el secretario xeral de Movemento Sumar Galicia, Paulo Carlos López, asistió al pleno para expresar su respaldo al alcalde saliente y denunciar lo que calificó como un «pacto de la vergüenza». Con esta votación, el PP asume el control del Concello de Outes en medio de un clima de división y controversia, mientras la oposición denuncia lo ocurrido como un acto de «deslealtad política».

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