El área de Medio Ambiente del Concello de Lugo, dirigida por Álvaro Santos, incrementará la calidad del agua del grifo con la renovación del carbón activo de la Planta Potabilizadora de Lugo, después de que el Pleno de la Corporación haya autorizado la inversión.
En total, se destinarán a este suministro 247.934 euros con el fin de suministrar a la ETAP de este material con el que se aborda la preparación del agua para su consumo, “mejorando sus cualidades organolépticas, como color, olor, sabor o turbidez y, fundamentalmente, su sabor ya que tiene un tamaño de partícula más pequeño que la arena, lo que posibilita no solo un mayor filtrado sino también un incremento de la absorción de contaminantes”, señaló el edil.
La entrada en vigor, en 2009, del RD140/2003 endureció los límites permitidos de trihalometanos, la sustancia que se forma al reaccionar la materia orgánica con el cloro utilizado en la potabilización, disminuyendo los niveles de presencia hasta los 100 µ g/ l. Valores que se mantienen en la actualidad y que, en el caso de la traída pública de Lugo, aun se sitúan en cantidades muy inferiores a los autorizados.
Así se constata en las conclusiones de un estudio elaborado por un laboratorio externo y que refleja que, después de 104 analíticas realizadas a la ETAP de Lugo entre 2019 y 2020, se puede certificar que este parámetro cumple sobradamente con las exigencias sanitarias en vigor.
Una circunstancia que, segundo indicó el propio concejal, “pone de manifiesto la apuesta decidida del gobierno de Lara Méndez no solo por la sostenibilidad sino también por la calidad de una prestación pública esencial para la ciudadanía así como por la creación de infraestructuras que, en su día, llegaron a ser pioneras en todo el noroeste peninsular”.
Santos Ramos explicó además que la construcción y puesta en marcha de la nueva Estación de Tratamiento de Agua Potable, en 2010, incorporó a la potabilización del agua un moderno proceso de ozonización que permite bajar a valores inferiores de los 100 µ g/ l exigidos en ese RD140/2003, un parámetro modificado por la nueva normativa.
«Esto se consigue al utilizar el ozono como agente desinfectante – oxidante en la primera etapa del proceso que luego se completa en una de sus últimas fases de tratamiento con el carbono activo que se encarga de retener plaguicidas, materia orgánica así como toxinas y otras sustancias, de manera que se obtiene como resultado un agua sin olores, ni sabor, apta para su ingesta tanto humana como animal y también para el riego, llegando a al grifo en perfectas condiciones de equilibrio y, a su vez, siendo agradable para los sentidos”, concluyó el concejal de Medio Ambiente.
