El policía naronés Víctor Bellón, que participó en las operaciones de evacuación del personal español en Afganistán, recuerda la imagen que se le quedó grabada con más fuerza, la de «un niño que lloraba» porque dejaba a su hermano, ya que «la madre tuvo que elegir entre salvar a un hijo o al otro». El pequeño lloraba por su hermano, que se quedó con su padre en Afganistán, mientras su madre huyó con él. «Eso fue lo más duro. Como padre, para mí sería imposible elegir», subraya Bellón
Víctor Bellón (Narón, A Coruña, 1972) trabaja para la Policía Nacional desde hace 27 años y, en concreto, en las Unidades de Intervención Policial, desde hace 23 años. Lo destinaron a Kabul en mayo de 2021 y la llegada de los talibanes a la capital cambió su labor, aunque esta ya era su segunda misión en la ciudad afgana, en la que había estado en 2018.
El agente, que se encuentra de regreso en Narón con su mujer y sus hijos desde el 29 de agosto, destaca que la experiencia fue «satisfactoria» por «poder ayudar a esa gente». «Es lo que más me llena», abunda. «De la sensación de peligro me he olvidado ya porque ahí vives como en una burbuja y te dedicas a hacer lo que tienes que hacer», sostiene.
Repetir la experiencia por ayudar
No obstante, ha admitido que «hubo momentos» en los que temió por su vida, especialmente «en el atentado del último día». «Soy una persona tranquila y a veces tampoco soy consciente de esas cosas. Hago mi trabajo», enfatiza el naronés. Además, no ha dudado en responder que repetiría si fuera necesario, «por ayudar».
Víctor Bellón se lleva consigo la experiencia «profesional» y «humanitaria» y se siente «muy orgulloso» porque consiguieron evacuar «a mucha gente». También rememora que los últimos días el objetivo era «sobrevivir», al intentar hacer lo mejor posible su trabajo con lo que tenían. Sobre el futuro de Afganistán, llamenta la situación de las personas que se tuvieron que quedar, porque siendo colaboradores de extranjeros «están considerados como traidores» sostiene que las mujeres «son las que más van a padecer», junto con los niños.
En la misión que llevaba a cabo estaba con otros 16 policías españoles que se apoyaban unos a otros. «Un día estaba de bajón uno y otro día, otro. Nos íbamos apoyando mutuamente, porque si decae un compañero influye en los demás. Intentábamos animarnos», recuerda.
Bellón, visiblemente emocionado, narró su experiencia a los periodistas tras ser recibido por la subdelegada del Gobierno en A Coruña, María Rivas, quien le trasladó su reconocimiento y el del Ejecutivo de Pedro Sánchez por la labor realizada en Kabul, que el agente definió en el encuentro como «un verdadero infierno».