Celeiro acogió ayer la tradicional misa en recuerdo de todos los fallecidos en el mar, organizada por la ‘Comisión Pro-monumento ao Náufrago’ con la colaboración del Concello de Viveiro.
Como cada año, el 12 de julio se celebró en Celeiro esta misa anual por todos los fallecidos en el mar, recordando la fecha en la que se produjo la galerna que en 1961 provocó el hundimiento de cuatro embarcaciones, tres del puerto de Celeiro -el Badiola, el Todos los Santos y el Mari Loly Grela-, y una del puerto de Espasante -el Santa Lucía-, causando un total de treinta víctimas mortales, de las que 29 desaparecieron en el Cantábrico.
Este año la misa pudo celebrarse nuevamente en la plaza del Náufrago, después de que en los dos últimos años, a consecuencia de la pandemia, se oficiara dentro de la Iglesia de Celeiro. La plaza en memoria de las gentes del mar se inauguró en 1995 y, desde ese año, la ‘Comisión Pro-monumento ao Náufrago’ se encarga de la organización de esta emotiva misa.
En esta ocasión, la celebración eucarística estuvo presidida por el párroco de Celeiro, Juan Novo Gabeiras, y armonizada por el grupo Sons de Celeiro. Entre las autoridades civiles y militares que acudieron a la Misa del Náufrago, estuvieron presentes la alcaldesa del Concello de Viveiro, María Loureiro García, miembros del equipo de gobierno y algunos concejales de los grupos de la corporación.
Además de colaborar con la comisión para la organización de la Misa del Náugrago, el Concello de Viveiro se encarga durante todo el año del acondicionamiento y adecentamiento de esta plaza.
