A menos de dos semanas del inicio del año, el gobierno de Rey Varela sigue sin llevar a pleno las cuentas del 2024, pese a que desde la oposición cargaba repetidamente contra el gobierno socialista en minoría de Ángel Mato por no aprobarlas “en tiempo y forma” y prometía hacerlo cuando tuviese el bastón de mando Fue una de las quejas recurrentes desde la bancada del PP ferrolano durante los dos últimos mandatos. La falta de presupuestos a día 1 de enero se agitaba como una catástrofe de primer orden cuando se acercaba el comienzo de cada ejercicio. Especialmente incisivo fue José Manuel Rey Varela durante los pasados cuatro años, cuando le echaba en cara al gobierno socialista su “incapacidad” para presentar unas cuentas “en tiempo y forma”, tal como solía apostillar.
Nada más tomar posesión el pasado junio, y después durante la apresurada tramitación de unos presupuestos para lo que quedaba de 2023, el alcalde de Ferrol prometía que, esta vez sí, Ferrol tendría presupuestos municipales el 1 de enero del 2024. Sin embargo, ya no hay tiempo. Ferrol comenzará el año sin prespuestos, y, a falta de dos semanas para el inicio del año, ni el regidor ni su gobierno han vuelto a hablar del tema.
La apresurada gestión de las cuentas del 2023 a caballo entre el verano y el otoño contrasta ahora con una situación diametralmente opuesta en medio del cierre económico del año, un momento en el que el departamento de Facenda suele estar muy exigido y el margen para desarrollar otras labores es escaso. De hecho, en algunos círculos municipales se comenta que, dado lo exiguo de los recursos humanos, quizá fue un error de cálculo dedicar esfuerzos a sacar adelante los presupuestos de este año —en lugar de recurrir a modificados de crédito— y no apostar directamente por elaborar los del próximo antes del pico de trabajo de noviembre y diciembre.
En febrero o incluso en primavera
Tal como se presentan los próximos meses, con las vacaciones de Navidad de por medio, el gobierno local tendría que forzar la máquina para conseguir tener nuevos presupuestos en vigor en febrero. Sería en el mejor de los casos, porque si el equipo de Rey Varela no consigue someter el documento a aprobación inicial del pleno en las dos primeras semanas de enero, los tiempos podrían dilatarase incluso hasta la primavera.
El trámite presupuestario exige que las cuentas pasen por la Comisión Informativa de Economía, Facenda, Emprego e Recursos Humanos antes de ser presentadas a la corporación. Superados esos dos puntos, el tercero es su publicación en el Boletín Oficial de la Provincia para abrir un plazo de alegaciones de dos semanas. La aparición en el BOP suele demorarse varios días, dependiendo de la agilidad del envío y del volumen de anuncios que haya en cola.
Alrededor de dos meses de tramitación
Lo más habitual es que tanto formaciones políticas como cualquier otro colectivo o particular interesados apuren al máximo el período de alegaciones y las registren en el último momento, con lo que los funcionarios responsables de estudiarlas y emitir informe sobre cada una de ellas raras veces pueden adelantar trabajo. En el rarísimo caso de que nadie presentase alegaciones, las cuentas quedarían aprobadas de forma automática. En caso contrario —que sí las haya, como es usual—, el pleno debe resolver en el período máximo de un mes.
Lo normal es que la tramitación ronde los dos meses, tal como sucedió con los presupuestos del 2023, que el alcalde anunció en rueda de prensa el 15 de agosto y cuya aprobación definitiva se produjo el 13 de octubre. Ese mismo día, la concejala de Facenda, Susana Sanjurjo, aseguraba que ya disponía de las líneas maestras para las cuentas del 2024. Desde entonces, nada se volvió a saber de ellas.
