Arranca la declaración de las víctimas en el juicio del Alvia: “Fue una pesadilla”

La reclamación total por daños y prejuicios por los 80 muertos, 140 heridos y sus familias asciende a los 57,69 millones de euros

El acceso al juicio del Alvia | EP

Las vidas “truncadas” por el accidente del tren Alvia, ocurrido hace casi 10 años en el barrio compostelano de Angrois, han comenzado este martes a desfilar por la sala en la que se celebra el juicio que trata de determinar, además de las responsabilidades penales por los 80 muertos y los 140 heridos, la reclamación por daños y perjuicios, que asciende a unos 57,69 millones de euros.

Una “pesadilla”, como si hubiera caído “una bomba atómica” y algo similar a “un terremoto” han sido expresiones con las que las víctimas y sus familiares han tratado de describir el escenario de la tragedia, a pocos kilómetros de la capital gallega, a pocas horas de que se festejase el Día de Galicia.

La reclamación total por daños y perjuicios en materia de responsabilidad civil asciende a casi 57,69 millones y las entidades contra las que se dirige son QBE (aseguradora de Renfe) y Allianz (de Adif).

Al inicio de la acción civil, este martes, han declarado un total de 15 personas, afectados en su propia piel o familiares de las víctimas, entre las que se encontraba el presidente de la asociación de perjudicados Apafas, Cristóbal González.

“Muy traumático”

Las primeras en comparecer fueron una octogenaria y su hija y después fue el turno de una mujer cuya madre falleció después del descarrilamiento, que recordó cómo se había quedado con “la obsesión” de que se le caían cosas encima, puesto que lo que había vivido fue “muy traumático”.

“Yo salí proyectada (…) Mi cuerpo cayó como un peso muerto y en ese momento… Yo le llamo el silencio de la muerte. Ahí es donde se van los muertos y se quedan los vivos. Rápidamente fui consciente de que estaba viva”, ha relatado la siguiente víctima.

Más adelante, esta testigo ha lamentado que el siniestro ferroviario le “robó años de vida”. “Soy una persona joven que no puedo hacer mi vida como la había hecho antes”, ha subrayado.

En lo que han coincidido todos los intervinientes es en resaltar que si eligieron el tren ese día fue “evidentemente por la seguridad” que ofrece frente a otros medios de transporte.

“Uno nunca piensa que pueda haber un accidente en un tren, salvo que haya algo en la vía… En una compañía que nos venden como puntera, en una infraestructura completamente segura…”, ha reflexionado la siguiente declarante.

“Innecesario hacerles pasar por esto”

Después de ella ha tocado el turno a su madre, motivo por el que la jueza ha reprendido al abogado de Apafas, que la propuso. “Me parece innecesario que haga pasar a los testigos por esto”, ha dicho.

En este punto, la mujer ha pedido la palabra para destacar que “fue muy duro” y la magistrada, que al arranque de la jornada tuvo que secarse las lágrimas con una de las testigos, ha añadido que “no hace falta” que le puedan “ilustrar nada en eso”, puesto que no tiene “la menor duda” de que así lo fue, pero ha incidido en que su hija “ya contó” lo vivido “en primera persona”.

“Como cualquier madre… No hay ninguna necesidad de que le hagan pasar por esto. No sé si tiene algún tipo de utilidad, a lo mejor me estoy perdiendo yo”, ha insistido la jueza.

La carrera profesional

Los dos siguientes testigos han sido un superior y una compañera de esta víctima en el banco en el que trabajaba en Madrid, con los que su representación legal trata de demostrar que se iba a producir un ascenso con el que habría obtenido un mayor salario.

“Ninguna cantidad va a suplir la salud que yo tenía, tanto física como psicológica. Y ya dejo aparte la carrera profesional, esa tampoco”, había subrayado con anterioridad la mujer.

Por su parte, el letrado de la aseguradora de Allianz ha traído a colación la posterior fusión de la entidad financiera y el consecuente ajuste de la red de oficinas.

“Siempre en estado de alerta”

Otro duro momento de la jornada se ha producido después de un receso de media hora, cuando han comparecido los padres de un bebé que viajaba en el tren, que tuvo que recibir tratamiento después del accidente.

Ya hacia el final de la sesión han comparecido dos matrimonios, el primero de avanzada edad, él con mayor afectación por lo sucedido, aunque ambos viajaban en el Alvia; y el segundo más joven, del que solo iba ella en el tren. “Se ha vuelto una persona miedosa, miedos que antes no tenía. Siempre está en estado de alerta”, ha contado el hombre.

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