El servicio de urgencias del Complejo Hospitalario Universitario Hospitalario de Santiago (CHUS) vivió este miércoles una tarde de colapso total: alrededor de las 19:30 horas había 39 pacientes —13 graves y 26 con el ingreso en planta firmado— esperando ingreso en los pasillos central y colindantes a pesar de que el nivel de ocupación de camas en aquel momento era de un 54%.
La Asociación de Pacientes e Usuarios do CHUS ha denunciado el “colapso permanente” de los pasillos cuando “aún no se produjo el pico de demanda estacional por dolencias relacionadas con el descenso de temperaturas”. De hecho, entre las 08:00 horas del miércoles y el jueves se atendió a 427 personas, lo que “no representa una demanda excepcional”, por lo que “no se justifica el colapso”.
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Así, la falta de dotación de personal lleva a estos cuellos de botella donde los principales damnificados son los pacientes, ya que “se vulneran sus derechos a la intimidad y a la dignidad” y terminan, como sucedió este miércoles, esperando en camillas y sillas de ruedas, en algunos casos “con ostensibles episodios de dolor”.
“La gerencia del CHUS y el coordinador del servicio han venido demostrando una reiterada e inaceptable incapacidad de gestión que los convierte en un obstáculo para poder alcanzar la excelencia real y poder reconducir la atención urgente a los estándares de calidad: su renuncia constituye para los pacientes y usuarios una condición necesaria, aunque no suficiente”, sentencian desde la asociación de pacientes.