Imagina un mundo donde el trabajo se detiene, las jerarquías sociales se invierten, y el vino y la alegría corren por las calles sin límite alguno. Así era Saturnalia, una de las festividades más populares de la antigua Roma, dedicada a Saturno, dios de la agricultura. Lo que comenzó como un agradecimiento por la siembra y una súplica por la protección de las cosechas durante el invierno se transformó en un festival desbordante de júbilo y liberación que llegó a influir en nuestras actuales celebraciones navideñas.
Ahora, en pleno siglo XXI, esta antigua tradición revive en el Centro de Interpretación de Caldoval, en Mugardos, donde se ofrecen talleres y actividades que nos transportan a los días de gloria de Saturnalia, conectándonos con una parte esencial de nuestra historia cultural.
Explosión de alegría y caos organizado
Las Saturnales se celebraban originalmente el 17 de diciembre, aunque con el tiempo la festividad se extendió hasta el 23. Esta fiesta comenzó en el 497 a.C., cuando se dedicó un templo a Saturno en el Foro Romano. Los romanos, agotados tras un año de arduo trabajo en el campo o en la ciudad, aprovechaban este descanso para rendir homenaje al dios que había enseñado a los hombres a cultivar la tierra. Sin embargo, con los años, el enfoque agrícola quedó en segundo plano y la celebración adquirió un carácter mucho más festivo.
Las calles de Roma se llenaban de colores, música y risas. Las normas sociales quedaban temporalmente suspendidas: los colegios cerraban, los criminales quedaban exentos de condenas, y los esclavos, en un acto simbólico de igualdad, eran servidos por sus amos. Todos gritaban al unísono “¡Io Saturnalia!” (¡Felices Saturnales!) mientras disfrutaban de banquetes interminables, vino y apuestas legales en plena calle.
Los regalos también eran una parte esencial de estas celebraciones, especialmente el último día, conocido como Sigillaria, en el que se obsequiaban pequeñas figuras de cerámica o cera, a menudo acompañadas de bromas y juegos. Estas tradiciones, junto con la alegría desbordante y los banquetes, resonaron en las festividades que más tarde conformaron la Navidad.
El regreso de Saturnalia en Mugardos
El Centro de Interpretación de Caldoval ha decidido traer de vuelta el espíritu de Saturnalia a través de una serie de actividades especiales que prometen transportar a los visitantes al esplendor de la Roma antigua. En este espacio, ubicado en el yacimiento de Punta Promontoiro de Mugardos, se proponen dos talleres especiales relacionados con la fiesta dedicada al dios Saturno. Aquí ofrecerán una perspectiva única sobre cómo estas celebraciones han influido en nuestras costumbres actuales.
Entre las actividades programadas destacan dos talleres especialmente diseñados para sumergir a los asistentes en las tradiciones romanas. El domingo 22 de diciembre, los participantes podrán fabricar sus propios amuletos romanos, como la “lunula” o la “bulla”, talismanes cargados de simbolismo que eran comunes durante Saturnalia. El sábado 28, será el turno de explorar el arte de la perfumería romana, donde los asistentes podrán crear sus propias esencias siguiendo las técnicas de la época.
El centro ampliará sus horarios del 26 al 29 de diciembre y del 3 al 5 de enero, para garantizar que todos puedan disfrutar de esta experiencia. Las inscripciones están abiertas llamando al 687 072 116, escribiendo a info@museocaldoval.gal, o a través de sus redes sociales.
Aunque las Saturnales desaparecieron oficialmente con la consolidación del cristianismo, su esencia permanece en nuestras celebraciones modernas. La Navidad, con sus regalos, banquetes y reuniones familiares, no deja de ser un reflejo de aquellas fiestas romanas que celebraban la alegría, la libertad y el renacimiento de la vida tras el invierno. Así que este diciembre, ¿por qué no gritar un “¡Io Saturnalia!” en Caldoval y sumergirse en el espíritu de las fiestas que unieron a romanos de todas las clases y continentes?