A casi 9.000 km, expertas tejedoras, marroquineros y artesanas del cuero originarias del estado mexicano de Guanajuato, fabrican piezas exclusivas que llegan ahora a Galicia de la mano de Ángeles Lozano. La diseñadora de la firma Angelozano ha decidido iniciar su andadura gallega, acercando al otro lado del Atlántico la esencia más ancestral de la cultura maya. Acompañada de Roche Núñez —mexicana afincada en Ferrolterra y chef del restaurante Azteca Tasting Narón—, presentan un nuevo concepto de negocio donde ofrecen una experiencia única, combinando moda, accesorios, joyas y decoración, con alimentación y bebidas típicas mexicanas. Un lugar que no solo pretende vender productos, “sino crear experiencias para las personas”.
Angelozano se fundó hace 15 años y, después de todo ese tiempo, ha logrado cosechar éxito en varios países, creando una línea de productos que representan a la perfección esa herencia cultural. “Contribuimos a preservar las tradiciones culturales de nuestro país con confecciones hechas por comunidades indígenas de Chiapas”, explica Ángela Lozano. Cada pieza se identifica con un toque característico y colorido que evoca el arte de Frida Kahlo, plasmando en el material bordados que ponen “en alto el nombre de México”.
Esta firma logra un equilibro perfecto entre la moda actual y un legado étnico inconfundible: “En cada elaboración encontramos un toque artesanal y contemporáneo. Se pueden utilizar en el día a día o incluso en una cena de gala“, cuenta la diseñadora. “Hay un minucioso proceso de elaboración; ya sea en bordado, tejido, grabado, cincelado o pintado; todo está hecho a mano”.
Otro de los puntos fuertes de Angelozano es que trabajan bajo un esquema “comercio justo”, siendo una empresa socialmente responsable. “Tenemos un distintivo a nivel internacional difícil de conseguir porque abarca muchos aspectos, desde ecológico hasta laboral”.
Así, la diseñadora pone en valor el enfoque ético de la marca, que mantiene un contacto directo con artesanas de comunidades indígenas en México para evitar intermediarios. Muchas de las artesanas que confeccionan los productos no hablan español, sino tzotzil, una lengua maya que se habla en los Altos de Chiapas. Viven su día a día enfrentando serias dificultades para acceder al mundo laboral. Angelozano, como sello que cuida bien de sus raíces, se asegura de remunerarlas de manera justa por su trabajo. “Merecen una empresa que las valore realmente; en ocasiones son explotadas por gente que compra su trabajo por precios muy bajos”, señala la mexicana.
El viernes 6 de septiembre abrirán en el número 60 de la calle Real de Ferrol la primera tienda de Galicia y de España. En ella harán una propuesta diferente: una tienda de “experiencias”. Aquí acercarán la rica cultura gastronómica que tiene el país norteamericano con un rincón gourmet donde se encuentran botellas de mezcal, tequila, vinos de Baja California, salsas, moles, frijoles, Jarritos… y Clamato para preparar micheladas. “Perfectas para la resaca”, matiza Roche Núñez. Sobre todo del mezcal.
“Queremos enriquecer y proporcionar experiencias para que la gente conozca México; impartiremos talleres y charlas”, desvela la chef. En su restaurante de Freixeiro (Narón) a la gente le “encantaba” ir a degustar sus recetas, pero también a aprender detalles sobre la elaboración y el origen de esa comida. “Los clientes nos empezaron a pedir talleres de tortillas, de masa, de salsas o de mole”. Por eso, van a aunar parte del patrimonio cultural de México para llevarlo al centro de la ciudad naval.