La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha decidido prescindir de María Tato, hasta ahora máxima responsable de la candidatura del Mundial 2030, en un movimiento que parece responder a la polémica surgida tras la exclusión del estadio Abanca Balaídos (Vigo) de la lista inicial de sedes presentadas a la FIFA.
El escándalo estalló tras una publicación del diario El Mundo, que apuntaba a una supuesta manipulación en la puntuación de los estadios candidatos, favoreciendo a Anoeta (San Sebastián) y el RCDE Stadium (Cornellà-El Prat, Barcelona) en detrimento de Vigo. No obstante, un informe técnico presentado por la propia Tato ante la RFEF asegura que no hubo «amaño» ni «manipulación» en la selección de las sedes.
La RFEF se justifica
Tras recibir el informe del Comité Ejecutivo de la candidatura, la RFEF comunicó oficialmente el cese de Tato, subrayando que la decisión de puntuación fue tomada de manera colegiada junto a Fernando Sanz y Jorge Mowinckel, ambos desvinculados del proyecto desde la llegada de Rafael Louzán a la presidencia de la federación el pasado diciembre.
El secretario general de la RFEF, Álvaro de Miguel, y el director general, Manuel Lalinde, ofrecieron más detalles sobre el proceso, destacando que la FIFA no ha señalado irregularidades y que el comité de cumplimiento interno tampoco halló pruebas de manipulación. Sin embargo, el propio De Miguel reconoció que la federación no tuvo acceso a toda la información a tiempo, lo que generó dudas en la gestión de la candidatura.
Vigo sigue fuera de las sedes
A pesar de que Vigo y Valencia han quedado fuera del listado inicial de sedes, la RFEF asegura que la elección aún no es definitiva y que trabajarán para intentar incluir ambas ciudades en la lista final que deberá aprobar la FIFA.
Mientras tanto, el alcalde de Vigo, Abel Caballero, ha desmentido la justificación dada en el informe sobre la exclusión de Balaídos, que argumentaba una supuesta falta de financiación por parte del ayuntamiento.