El Viveiro Expo Tattoo celebró este fin de semana su segunda edición en el Pazo da Trave, una casa rural del siglo XV situada en la parroquia de Galdo, a las afueras de Viveiro. Durante dos días, medio centenar de tatuadores nacionales e internacionales dieron vida a un espacio pensado no solo como feria profesional, sino como punto de encuentro. «O que pretendemos é que o siga sendo algo familiar», afirma Iván Pérez, uno de los organizadores. «A familia vai medrando, pero dunha maneira natural».
La cita, organizada por el estudio Viveiro Tattoo —fundado hace casi una década por tres amigos del municipio— surgió como una evolución de los aniversarios del estudio, que ya atraían a tatuadores de fuera. «Xa vimos que tiña afluencia, que había moita xente interesada en vir á contorna a tatuar», explica Pérez. «Hai moita cultura de tatú aquí. Sempre houbo unha tendencia na Mariña, en Viveiro, a valorar o hardcore, o punk, o metal, a tatuaxe…», explica mencionando también al Resurrection Fest.

«Estilos con filosofía»
Más que una feria, la expo fue una experiencia inmersiva: los asistentes podían ver trabajar en directo a artistas como Bara, Aldara Pardo, Colo López, Alba Pozo, Laura Cavldo, Rodrigo Kalaka, Bruxismo o Susana Harding, entre otros. El ambiente combinaba los estilos más clásicos y profundos —como el old school, el tribal, el japonés o el chicano— con lettering, blackwork o neotradicional. «Non é unha tatuaxe tan contemporánea», explica haciendo referencia a estilos realistas o geométricos como los que han surgido en las útimas décadas: «Son estilos arraigados, con filosofía», señala Pérez.
Axel, un tatuador mexicano que acudía por primera vez al evento, quedó sorprendido por la propuesta: «Me parece increíble que haya un compendio tan amplio del tatuaje europeo en un solo sitio como es Viveiro». Para él, venir hasta aquí supuso una experiencia distinta: «Está lejos de los circuitos superindustrializados del tatuaje como Madrid y Barcelona, y eso lo hace especial. La Expo Viveiro es un espacio muy bonito para que la gente congenie y venga a aprender». De hecho, Axel conoció a Arkaitz este fin de semana. El vasco repitió este año tras haber estado en la primera edición: «El año pasado ya estuvo genial y este 2025, al haber incluido más tatuadores por stand, hay más trabajos para ver».

Además de los tatuajes, el evento ofreció música en directo con de Bágoas da Terra que animaron la jornada con música y bailes de la tierra. Hubo también espacio para la performance y el diseño, con stands de artistas gráficos y creadores de ropa y accesorios relacionados con este mundo cultural. «Hai moita xente que vén por un artista concreto, igual que quen vai a un concerto a ver a súa banda favorita, pero logo teñen a oportunidade de coñecer a outros», concluye.