Carla Reyes Uschinsky (Chile, 1960) lleva desde 2013 al frente de Executivas de Galicia, una asociación formada en 2011 para representar a mujeres de diferentes ámbitos ejecutivos y directivos, tanto públicos como privados, desde emprendedoras, empresarias, directivas y trabajadoras. En la víspera de la conmemoración del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, hace un balance positivo sobre los avances en igualdad de género en el ámbito profesional. No obstante, señala que aún existen barreras estructurales que dificultan el acceso de las mujeres a puestos directivos.
Desde su experiencia liderando una red de mujeres profesionales, destaca que uno de los principales obstáculos sigue siendo la conciliación entre la vida laboral y familiar. «En algunos sectores se está produciendo un estancamiento», advierte, señalando que la cultura de horarios extendidos en España no favorece el ascenso profesional de las mujeres. Según Reyes Uschinsky, el sistema actual obliga a muchas mujeres a elegir entre desarrollar su carrera o formar una familia, una decisión que califica de «perversa», especialmente en un contexto de crisis demográfica.
El acceso de las mujeres a posiciones de liderazgo sigue siendo un reto. «En puestos de dirección estamos lejos», subraya, insistiendo en que la presencia femenina en estos espacios es clave para garantizar una igualdad real en el ámbito profesional. De hecho, en sectores como la ingeniería o la informática, la representación femenina está disminuyendo.
Uno de los aspectos más preocupantes es el «techo de cristal» que limita el ascenso de las mujeres en muchas organizaciones. Aunque cada vez más mujeres acceden a la universidad y a puestos de nivel medio, la transición hacia cargos de alta responsabilidad se ve obstaculizada por barreras invisibles pero persistentes. Según Reyes Uschinsky, esta situación no se debe sólo a la negativa de los hombres a compartir el poder, sino también a inercias sociales y culturales que perpetúan la situación. «En la medida en que las mujeres asuman puestos de decisión, es la garantía para que en esos sectores empiece a haber una igualdad real», enfatiza.
El «techo de cristal» se deja ver claramente en las cifras: sólo el 30,8% de los puestos de dirección y gerencia están ocupados por mujeres y dentro de las grandes empresas del IBEX 35 sólo el 32,29% de los órganos de dirección están conformados por mujeres.
Otro factor determinante en la desigualdad es la brecha salarial, que, según la presidenta de Executivas de Galicia, no se mide sólo en el salario base, sino en complementos, dietas e incentivos, que suelen beneficiar más a quienes pueden dedicar más tiempo al trabajo. «La mayor brecha se produce en los puestos de alta dirección», señala, recordando que las mujeres en consejos de administración cobran en muchos casos hasta cuatro veces menos que sus compañeros varones.
También menciona la importancia de la corresponsabilidad en el hogar y la flexibilidad laboral. «Si a las 21:00 horas todavía tienes que llegar a casa y ocuparte de tus hijos no puedes quedarte a un consejo», apunta, señalando que el modelo actual penaliza a las mujeres que desean compaginar su vida familiar con una carrera profesional ambiciosa.
Para ella, es fundamental una reforma de los horarios laborales en España, alineándolos con los estándares europeos. «No podemos ser el único país donde la jornada partida haga que la gente llegue a casa a las 20:00 o 21:00 horas. No es productivo ni favorece la conciliación», insiste.
Executivas de Galicia, una red de referencia
Desde su creación en 2011, Executivas de Galicia ha crecido hasta convertirse en un referente en el ámbito profesional femenino. Con más de 300 socias, la organización trabaja para impulsar la visibilidad y el liderazgo de las mujeres en el tejido empresarial y social gallego.
Uno de sus proyectos más destacados es la red «Referentes Galegas», que reúne a mujeres líderes en distintos ámbitos para fomentar el networking y la colaboración. Además, Executivas de Galicia mantiene una estrecha relación con la administración pública y las universidades, consolidándose como un actor clave en la promoción de la igualdad de género en el entorno profesional.
Bajo la presidencia de Carla Reyes Uschinsky desde 2013, la asociación ha reforzado su papel como interlocutora ante instituciones y empresas, promoviendo medidas que faciliten la conciliación y el acceso de las mujeres a puestos de responsabilidad. «No existía una entidad como la nuestra», afirma, destacando el impacto positivo que ha tenido en la vida profesional de muchas mujeres.
A pesar de los avances logrados, Reyes Uschinsky insiste en que todavía queda trabajo por hacer. Para ella, la clave está en continuar impulsando cambios estructurales, desde la reforma de los horarios laborales hasta la normalización del liderazgo femenino en todos los sectores. «El cambio de roles es muy lento, pero es imprescindible seguir avanzando», concluye.