En los últimos días ha corrido como la pólvora por las redes sociales el vídeo de un perro y un delfín nadando juntos en la parroquia de A Riberia do Freixo, en el municipio coruñés de Outes, que ya acumula más de medio millón de reproducciones.
Así, en el vídeo se puede observar cómo el perro mira al delfín desde el muelle y se lanza a nadar junto a él, tras lo que empiezan a «jugar» juntos, dando vueltos el uno alrededor del otro en lo que parece una especie de baile.
«Qué maravilla de momentazo en Ribeira do Freixo: un delfín y un perro comparten un buen momento alegres jugueteando, otra lección de amor de la madre naturaleza», recoge el autor del tuit, el periodista y colaborador de «Cuarto Milenio» Ibón Perez.
Que maravilla de momentazo en Ribeira do Freixo (Galicia).
Un delfín y un perro comparten un buen momento alegres jugueteando…
Otra lección de Amor de la madre naturaleza… pic.twitter.com/EVnN0VjjN9— Ibon Perez (@IbonPerezTV) August 17, 2022
Sin embargo, más allá de la aparente ternura del momento, son muchos los usuarios de redes sociales que han recordado que esta práctica no es nada aconsejable: las propias autoridades recomiendan no nadar junto a delfines, un consejo que también se hace extensible a las mascotas.
En la propia ría de Muros la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (CEMMA) ya había promovido la instalación de carteles alertando de la presencia de otro cetáceo, Confi, a quien recomendaban explícitamente no acercarse, ya que el contacto humano dificulta que el animal pueda volver a vivir en libertad.
«Mantén el mínimo contacto y la máxima indiferencia para no perturbar su comportamiento, no metas nunca en el agua a su lado, no trates nunca de tocarlo ni aproximes las manos, sal inmediatamente del agua y apártate de su contacto y obsérvalo desde la distancia sin acercarte ni contactar», recomiendan.
En la Ría de Muros e Noia también fue especialmente famoso el delfín Manoliño, un cetáceo con una especial querencia por el contacto humano que, más allá de sus buenas intenciones, provocó algún susto al morder a un mariscador mientras «jugaban» o arrastrando a un buceador.