El ex director de seguridad en la circulación de Adif Andrés Cortabitarte, acusado en el juicio por el accidente del tren Alvia en el que murieron 80 personas y 145 resultaron heridas, declara este jueves, tras ganar una semana respecto a la comparecencia del otro imputado, el maquinista Francisco Garzón.
Ambos se sientan en el banquillo de los acusados por los mismos hechos: 80 homicidios y 145 delitos de lesiones —junto a otro de daños— por imprudencia profesional grave, cada uno en el ejercicio de sus responsabilidades.
Sin embargo, el primero en declarar fue Garzón, el pasado jueves, y lo hizo además después de una jornada de inicio del juicio marcada por el golpe que recibió Cortabitarte al término de las cuestiones previas.
El padre de una chica fallecida en el siniestro propinó un manotazo a este exdirectivo entre gritos de los afectados, que afeaban al imputado su actitud y que no haya pedido perdón. Después, esta víctima pidió disculpas, al tiempo que la plataforma reclamaba comprensión dadas las circunstancias.
Por su parte, el fiscal sostiene que “el accidente no hubiese sucedido si Adif y Cortabitarte hubiesen gestionado el riesgo de exceso de velocidad en el tramo”.
En su declaración ante el juez instructor en julio de 2017, Cortabitarte aseguró que desconocía el cambio de proyecto en la línea Ourense-Santiago que supuso eliminar el sistema de control continuo de la velocidad —el ‘ERTMS’— de los últimos kilómetros del trayecto, incluida la curva en la que se produjo el siniestro.
Además, trató de desviar responsabilidades señalando a Renfe —en concreto al responsable de seguridad de la operadora ferroviaria— y a Ineco —la empresa de consultoría de la que Renfe y Adif se reparten más de la mitad del accionariado—.
“Afectado”
Al término de la comparecencia del maquinista, que duró una hora ya que solo respondió a las preguntas de su abogado, Manuel Prieto, el abogado que defiende al ex alto cargo de Adif pidió a la jueza retrasar su comparecencia unos días, al estar todavía “afectado” por la agresión.
La jueza accedió a esta petición al indicar que había fechas “más que suficientes” —reservó dos días de esta semana y otros dos de la que viene para eventuales incidencias— y al entender que, por el golpe y la tensión de ser uno de los acusados, necesitase tiempo para “reponerse”.
Este aplazamiento fue recibido entre críticas por parte de las víctimas y del propio letrado del conductor del tren que descarriló el 24 de julio de 2013 en Angrois (Santiago). Censuran que se le haya dado más tiempo para reajustar su defensa, a la luz de lo que declaró Francisco Garzón.
Un Garzón que centró su declaración, a preguntas de su abogado, en la falta de medidas de seguridad en la vía, en carencias de la formación como maquinista de ese tren y en el hecho de que fue la llamada del interventor la que le hizo desubicarse en una línea monótona en la que no incumplió ninguna de las señales.
Comienzan los testigos
Para la última semana de octubre está previsto el inicio de las declaraciones de los testigos, con policías nacionales el martes 25 de octubre —el instructor del atestado, el secretario, el jefe de brigada de la Policía Nacional, un oficial y otros seis agentes—.
El miércoles 26 están citados el interventor del tren que hablaba con el maquinista, el empleado de Prosegur que viajaba en el tren como personal de seguridad, otro de Renfe que también iba en el convoy y el maquinista desde Medina del Campo hasta Ourense.
Para el jueves 27 quedan dos vecinos que auxiliaron en un primer momento al maquinista, el jefe de circulación de la estación de Santiago y el jefe de maquinistas de la gerencia de Galicia de Renfe Operadora.
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