En el polígono industrial de San Cibrao das Viñas, en Ourense, se ha inaugurado un aparcamiento para camiones con perspectiva de género que marca un hito en Galicia. Este proyecto, único en la comunidad autónoma, busca no solo mejorar las condiciones de seguridad y descanso de las conductoras, sino también ofrecer un espacio adaptado a las necesidades de las mujeres que trabajan en un sector tradicionalmente dominado por hombres. Con una inversión de 500.000 euros, este aparcamiento se perfila como un modelo a seguir para otros puntos del país.
El aparcamiento, que cuenta con 59 plazas para camiones, ha sido especialmente pensado para las camioneras. Entre sus características más destacadas se encuentra un perímetro cerrado y control de acceso por matrícula, zonas exclusivamente para mujeres, equipada con aseo, vestuario y 25 cámaras de videovigilancia que garantizan un entorno seguro para los conductores. Además, cuenta con un botón de emergencia conectado al 016.
Facilitar la incorporación de las mujeres
A lo largo de los años, el número de mujeres camioneras ha ido en aumento, aunque todavía representan una minoría en comparación con los hombres. Por ello, es imperativo, para un sector con bajo relevo generacional, que haya más inventivos que faciliten la incorporación y permanencia en el sector, no solo de las mujeres, sino de jóvenes profesionales.
Sonia Noguerol, camionera con 29 años de experiencia, recuerda los desafíos a los que se enfrentaba en sus inicios, como la falta de instalaciones adaptadas para mujeres en un sector mayoritariamente masculino. “Cando empecei, non coincidía con outras compañeiras aínda que duns anos para aquí vénse máis mulleres, comenta Sonia, quien también señala que los baños y espacios de descanso “non estaban pensados para nós”. Aunque las cosas han mejorado, aún queda mucho por hacer. “As mulleres necesitamos as mesmas condicións que os homes, pero tamén hai que mellorar moito en igualdade”, añade.
“O traballo segue sen estar ben pagado”
En cuanto al nuevo aparcamiento con perspectiva de género en Ourense, Sonia lo valora como un paso positivo, pero también apunta que el trabajo en el transporte sigue siendo muy exigente. “Isto mellora moito as condicións, pero o traballo segue sendo moi duro e mal remunerado”, subraya, que incide en el esfuerzo físico que requiere estar al volante, pero también descargar la mercancía.
También destaca cómo la gente suele tener una idea equivocada sobre los salarios del sector: “A xente pensa que cobramos moito, pero traballamos 90 horas á semana e moitas veces non hai retorno nos viaxes. O que nos pagan non compensa o esforzo físico nin o tempo que lle quitamos á familia”.
Respecto a la conciliación, Sonia asegura que este trabajo no es compatible con una vida familiar equilibrada. “Se eu tivese fillos, seguramente non poderían facer isto”, explica. “O traballo de camionera non permite estar en casa nos festivos ou nas fins de semana“. Esto deja claro que, a pesar de los avances en el sector, la conciliación sigue siendo un desafío importante para las mujeres en el transporte.