El mercado laboral gallego sigue creando empleo, una tendencia positiva en la que destaca cada vez más una variable: el aumento de los trabajadores extranjeros. De los 1.063.867 afiliados a la Seguridad Social con los que contaba Galicia al cierre de 2024, 66.538 eran extranjeros, el 6,25% del total, una cifra que, pese a estar por debajo de la media nacional, es cada vez más relevante.
«En los últimos años venimos observando como con la recuperación del empleo ha habido, en paralelo, un incremento paralelo de peso de la población extranjera en Galicia», detalla la secretaria de Emprego de CCOO Galicia, Maica Bouza. De hecho, mientras que en 2024 la afiliación a la Seguridad Social aumentó un 1,5%, la de trabajadores extranjeros creció un 14%.
A pesar de este crecimiento, la proporción de trabajadores extranjeros en Galicia sigue siendo significativamente menor que en el resto de España. Mientras que a nivel estatal los trabajadores inmigrantes representan alrededor del 13% de la población activa, en Galicia la cifra aún está por debajo de esos valores, con un 6,25% en 2024. Bouza señala que esto responde a la posición geográfica de Galicia, en una «esquina excéntrica del mundo», lo que la hace menos atractiva para la llegada de inmigrantes en comparación con otras regiones.
Uno de los fenómenos más destacables es la concentración de trabajadores extranjeros en sectores muy concretos. El 20% de los afiliados en el régimen especial del empleo del hogar son extranjeros, un porcentaje significativo que pone en evidencia su peso en este ámbito. Sin embargo, Bouza advierte de un posible retroceso en las condiciones laborales en este sector debido a que algunos empleadores están optando por la economía sumergida en lugar de ajustarse a las nuevas regulaciones y al aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI).
Otro sector donde la presencia de trabajadores extranjeros es clave es el agrario, donde representan el 28% de los afiliados. Aunque el peso del sector primario ha disminuido en Galicia en las últimas décadas, sigue siendo un ámbito con mayor presencia de trabajadores inmigrantes en comparación con el resto del Estado.
Según Bouza, Galicia necesita seguir atrayendo mano de obra extranjera para compensar su población envejecida y sus bajas tasas de natalidad. «Si queremos que nuestra economía se desarrolle, necesitamos más población y que esta disponga de condiciones dignas, en igualdad con los nacionales», afirma.
Las dificultades, en primera persona
A pesar de la creciente presencia de trabajadores extranjeros en Galicia, muchos de ellos siguen enfrentando serios obstáculos para su integración laboral. Michelle, una joven mexicana de 26 años, llegó a Galicia con con 23 con la ventaja de tener doble nacionalidad, lo que le facilitó los trámites legales. Sin embargo, su formación en turismo no ha sido reconocida con facilidad. «Estoy en el proceso de homologación de mi título, pero está costando mucho trabajo. Mientras tanto, busco opciones que me vayan acerquen a mi área de estudio», comenta.
El caso de Álex, un colombiano con ocho años de experiencia en Galicia, la situación es distinta, aunque también compleja: nunca ha podido obtener un permiso de trabajo y ha tenido que desempeñar empleos precarios en la economía sumergida, cuidando personas mayores, limpiando locales y casas o paseando perros. «Sólo ahora en marzo podré empezar el proceso para obtener el permiso, pero hasta mayo no lo tendré. Ha sido un camino muy largo y complicado», explica. Su esposa, en cambio, sí logró regularizar su situación gracias al arraigo por residencia.