El vertedero de Aríns, ubicado en el Lugar de Fornás, se convertirá en una zona verde de 32 hectáreas una vez que hayan finalizado los trabajos de clausura y sellado, una actuación en la que el Concello de Santiago invirtió un millón de euros.
Esta parcela fue una mina de cobre y plomo que funcionó hasta principios de los años 90. Desde 1995 fue utilizada como escombrera de deshechos de construcción hasta 2010. Ahora, tras una década de abandono, tendrá una nueva vida.
“Seguirá el camino de otros antiguas escombreras de la ciudad como el de Costa Vella o el de Piñor-Villestro y se convertirá en un espacio verde, con una gran pradera rodeada de un bosque de pinos, en un plazo más reducido que en otros casos, ya que se recuperará de forma más rápida que otras escombreras debido al tipo de material que había, como piedra, cemento u hormigón”, ha detallado el alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo.
El regidor, que acudió acompañado por los concelleiros de Medio Ambiente y Medio Rural, Mila Castro y José Manuel Pichel, se ha mostrado satisfecho con la evolución de los trabajos y ha manifestado su deseo de replicar este proceso en la cantera de Miramontes en Grixoa, donde están pendientes de que la empresa presente a lo largo del mes de junio el proyecto de clausura y sellado.
El técnico municipal de Medio Ambiente Pablo Martín también detalló la técnica empleada para sellar el terreno de Aríns, consisten en “el perfilado del territorio y la instalación de tres láminas, una de geotéxtil, una de polietireno y otra de geodrén, cubiertas por una capa de entre 30 y 40 centímetros de tierras seleccionadas y otros 15 centímetros de tierras vegetales hidrosembradas”.
En el perímetro habrá cunetas que recogerán las aguas superficiales, que pasarán a una balsa de decantación para eliminar los lodos hasta que la vegetación tenga el arraigo suficiente. El técnico destacó que es la lámina de polietireno la que aporta “la capa de impermeabilización de los residuos”, mientras que la de geodrén es “la que permite dar salida al agua superficial”.
El Concello de Santiago llevó a cabo en los últimos años procesos similares de recuperación. En 1995 se convirtió el vertedero municipal de Costa Vella, ubicado justo detrás del Leroy Merlín, en un parque público en el que se acaba de plantar un millar de robles. En 2007 también se convirtió en zona verde el vertedero de residuos de Piñor, en Villestro.
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