El solsticio de verano se produce cuando el Sol alcanza su máxima declinación hacia el norte —o mínima en el solsticio de invierno para el hemisferio norte—, iluminando la latitud geográfica más alta de la Tierra. Este año, este fenómeno ocurrirá el jueves 20 de junio a las 20:51 UTC, según cálculos del Observatorio Astronómico Nacional. Esta estación tendrá una duración de aproximadamente 93 días y 16 horas, concluyendo el 22 de septiembre con el inicio del otoño.
El comienzo del verano en el hemisferio norte coincide con el inicio del invierno en el hemisferio sur. Por convención, las estaciones comienzan en momentos específicos cuando la Tierra está en ciertas posiciones en su órbita alrededor del Sol. En el caso del verano, esto ocurre cuando el Sol alcanza su punto más al norte en la eclíptica.
El día en que sucede esto, el Sol alcanza su máxima declinación norte (+23º 27′), y su altura máxima al mediodía se mantiene casi constante durante varios días. Este fenómeno se conoce también como solsticio de verano. En ese momento, en el hemisferio sur, comienza el invierno.
El día del solsticio de verano es el más largo del año. Cerca de esta fecha están el día en que el Sol sale más temprano y el día en que se pone más tarde. Un hecho curioso y no relacionado con las estaciones ocurre también en esta época: el afelio, que es el día en que la Tierra y el Sol están más alejados entre sí durante el año. Este año será el 5 de julio. Un alejamiento que hace que la Tierra se mueva más lentamente en su órbita elíptica durante el verano —de acuerdo con la segunda ley de Kepler—, lo que hace que esta estación sea más larga que las demás.
El inicio del verano puede variar entre tres fechas diferentes —del 20 al 22 de junio—. En el siglo XXI, el verano comenzará el 20 o el 21 de junio —fecha oficial en España—, siendo su inicio más temprano en el año 2096 y el más tardío en 2003. Estas variaciones se deben a cómo encajan los años bisiestos y no bisiestos con la duración de la órbita terrestre alrededor del Sol.
